Derrota del Joventut y empate del Madrid en baloncesto

El Joventut, que permanecía invicto tras vencer al Real Madrid y al Barcelona, sufrió su primera derrota en Valladolid. Esto, junto con el empate del Madrid, que continúa en horas bajas, en Manresa, fueron en esta ocasión las notas destacadas de una Liga de baloncesto cuajada de alicientes y plena de emoción. Por otro lado decepcionó el choque entre los dos grandes del hockey, Barcelona y Reus, ya que los azulgranas no tuvieron el menor problema para imponerse a su rival, al que acabaron arrollando.

La competición baloncestística lleva camino de pasar a la historia. Las sorpresas se suceden y no acaban nunca. Dentro de este inédito campeonato, que tiene al Joventut de inesperado líder, permanece una pregunta que ya está a nivel de la calle: ¿qué le pasa al Madrid? ¿Cómo se puede explicar que después de llevar ante el Manresa, un equipo inferior, dieciocho puntos de ventaja, se deje empatar? Evidentemente, algo le pasa al conjunto de Lolo Sainz. Es justo recordar que después del Torneo Karhu, de El Ferrol, en el mes de septiembre, primera confrontación del equipo blanco, con Abromaitis y Meister incluidos, EL PAIS hizo sonar el timbre de alarma cuando faltaban unos días para que comenzara la Liga.El problema, lejos de mitigarse, parece que aumenta con el tiempo, y el domingo, frente al Manresa, ni siquiera fue suficiente el hecho de que entre Brabender y López Iturriaga sumaran 58 puntos. Al margen de la baja forma de alguno de sus hombres, es evidente que hay que pensar -por tópico que pueda parecer- en un problema de mentalidad, en uno de esos problemas psicológicos que tantas veces hacen estragos en el deporte y en los deportistas. Lo peligroso del caso es que éste es un mal para el que no hay un fácil tratamiento ni medicinas que lo curen con rapidez.

Queda más lejos la derrota del Joventut el sábado en Valladolid. Pero sólo queda lejos periodísticamente. Ahí está el Cotonificio, a un punto del conjunto verdinegro y su próxima visita será al pabellón: donde, al menos en las gradas, no habrá moral de victoria precisamente.

Por su parte, el Estudiantes volvió por donde solía, a «su» cuarto puesto de los buenos tiempos, de la mano de Jesús Codina, uno de los hombres de esos buenos tiempos, entonces vestido de corto.