Incomprensible actitud
No termino de explicarme la actitud tan reiteradamente hipócrita de la que hacen gala muchos compatriotas, dispuestos a no consentir que nadie pueda disfrutar de un segundo matrimonio si el primero les resultó malo o salió «rana» su primera media naranja. ¿Tan complicado resulta entender una cosa tan fácil? Nadie intentaría divorciarse, o separarse, o anular su matrimonio -llámesele equis, el resultado es el mismo, más o menos legalizado- si no se dieran fracasos en el amor entre dos personas. Bastante desgracia es el no acertar como para además poner toda suerte de trabas y dificultades al desafortunado. /
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