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Tribuna
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Rentabilidad

La AFE se equivoca si quiere cifrar la desconvocatoria de la huelga en la promesa gubernamental de una más o menos próxima entrada en vigor de la ordenanza laboral de los deportistas profesionales. Eso sólo sería una pírrica victoria. A la Federación, que ahora está, por razones obvias, en disposición negociadora, debe arrancarle algún bocado apetitoso.La AFE, que propuso a la Federación por boca de Cabrera Bazán el aumento de las plantillas de las divisiones inferiores en dos profesionales más, no debe perder la oportunidad que puede suponer colocar a algunos futbolistas en paro. Pero más importante que eso es la dotación económica para sus labores sociales, que la Federación se ha comprometido, ante testigos, a establecer, previa negociación para fijar cuantía y condiciones.

La AFE tiene a mano, en un plazo de quince días, resolver el tema de las deudas de varios clubes, y ello sería también, de cara a sus afiliados, un éxito. Contentarse tan sólo con la promesa de la ordenanza laboral, cuya entrada en vigor tiene por delante un largo me lo fiáis, sería menos rentable para los profesionales del fútbol que renunciar a hacer efectivas las promesas federativas. Negociar con la Federación y obtener esa promesa gubernamental no son objetivos contrapuestos. Ambas cuestiones son conciliables.

La AFE ya ha demostrado hasta qué punto tiene cohesión corporativa. Es el momento de obtener la correspondiente rentabilidad.

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