Banisadr quiere profesionalizar a la guerrilla iraní

El presidente iraní, Abolhassan Banisadr, comandante en jefe de las fuerzas armadas de Irán, desea transformar la «guerra popular» preconizada por algunos dirigentes islámicos en una «guerra regular» organizada y eficaz, que acabe con la ocupación de una parte del suelo iraní por el Ejército de Irak. Esta es la principal conclusión que se deduce de los recientes contactos y discursos del presidente iraní ante las fuerzas armadas de su país, que desde el comienzo de la guerra con Irak ha actuado bajo dos conceptos diferentes de lo que ha de ser esta confrontación.En un mensaje recientemente dirigido por Banisadr a altos mandos militares de la sexta base de cazas de Juzestán, el presidente iraní dijo que si el ejército de tierra de Irán igualara el compromiso bélico adquirido por las fuerzas aéreas durante el conflicto con Irak, la guerra ya habría terminado». Banisadr, que elogió el comportamiento de la fuerza aérea y de los destacamentos aerotácticos dependientes del Ejército, se refería de este modo a las distinciones existentes entre una y otra arma en cuanto a la intensidad y, sobre todo, a la eficacia de sus combates.

El peso principal de las operaciones militares terrestres ha recaído hasta ahora sobre los guardianes revolucionarios (pasdaran) cuyo heroísmo ha sido constantemente elogiado por las autoridades iraníes, incluido el presidente Banisadr, pero que a efectos bélicos es desproporcionado en cuanto al tipo de ofensiva que las fuerzas armadas de Irak han desplegado.

La coordinación militar y la disciplina de los combatientes regulares e irregulares de las tropas iraníes se han resentido en virtud de esta dualidad, según reconoció el presidente, que insistió en la necesidad de fortalecerlas mediante una unificación que garantice su eficacia. En algunos puntos del frente de batalla la proliferación de centros de decisión distintos han retrasado la contraofensiva iraní, y Banisadr desea, según ha manifestado, atajar este problema.

Sin poner en duda la capacidad de sacrificio ni la tenacidad de los pasadaran, el comandante en jefe de las fuerzas armadas iraníes preconiza una mayor organización de las actuaciones militares y un mayor protagonismo del ejército de tierra en los campos de batalla.

A estos propósitos del presidente iraní referidos a cuestiones militares se unen los desplegados por Banisadr para acabar con «la incoherencia y la multiplicidad de órganos de decisión política», según sus palabras, en las cuales el líder iraní asegura que la decisión de crear un Consejo Supremo de Defensa que unifique el mando político y el militar, y que ha sido creado recientemente, obedece a una iniciativa suya y aprobada por el imán Jomeini.