Frank Sinatra,
cantante y amigo de gente vinculada a sectores turbios y mafiosos, viaja en la actualidad acompañado de un sofisticado equipo electrónico que le permite salvaguardar la intimidad de sus conversaciones telefónicas, lo que, al parecer, desconcierta notablemente al FBI. El equipo -que costó cerca de nueve millones de pesetas-, una vez conectado a los teléfonos que utiliza en su trabajo, impide el que la policía u otros curiosos escuchen sus conversaciones. El FBI tenía interés en seguir las charlas del cantante.
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