Expectación en Alemania occidental ante una muestra monográfica de la obra de Goya
Francisco de Goya, uno de cuyos caprichos sirvió de inspiración al autor de la novela ganadora del Premio Planeta (véase página 31 de este número de EL PAIS), es también actualidad en la República Federal de Alemania, donde el gran artista de Fuendetodos protagoniza desde ayer una extraordinaria exposición monográfica, abierta en Hamburgo en medio de una gran expectación. La obra de Goya apasiona a los alemanes, que consideran al genial artista español como un descubrimiento y un punto de partida.
El Kunsthalle de Hamburgo abrió ayer sus puertas para mostrar la primera exposición que tiene lugar en Alemania Federal con obras de Francisco de Goya. Aunque se trate de una muestra monográfica integrada básicamente por grabados -en total se ofrecen 130, junto con 150 litografías y veinte óleos-, esta exposición tiene un carácter de verdadero suceso. El pintor de Fuendetodos se está convirtiendo, de la noche a la mañana, en un gran descubrimiento para los alemanes. Dentro de dos semanas estarán en las librerías alemanas dos estudios sobre el genial pintor. Ambos obra de Max Seidel y de Oto Bihaljl-Merin.La exposición hamburguesa cierra un ciclo pictórico dedicado al siglo pasado. Desde 1974, por la galería de arte de la ciudad hanseática han desfilado Ossian, Caspar David Friedrich, Johan Tobias Sergel, Johann Heinrich Fuessli, William Blake, Philipp Otto Runge, William Turner y John Flaxman. Su organizador, Werner Hofmann, antiguo director del Museo de Pintura Contemporánea de Viena y ahora de la galería de arte de Hamburgo, es un experto en pintura del siglo pasado, tema sobre el que ha publicado varios libros. Ahora considera la posibilidad inmediata de dedicar un tiempo a escribir un estudio sobre Francisco de Goya. Una característica de Hofmann es la de ofrecer analogías interpretativas entre las sucesivas exposiciones de sus ciclos, y así cree que, tras la contemplación de la obra Mar de hielo, de Caspar David Friedrich, en la que enormes planchas de hielo chocan entre sí produciendo un efecto visual apocalíptico, no cabe por menos que ofrecer Los desastres de la guerra, de Goya.
Max Seidel participa de este esquema interpretativo y contemporáneo de la pintura goyesca. Seidel ha dedicado al pintor aragonés veintiocho años, aunque las primeras imágenes del Mundo de Goya quedaron en su memoria un tiempo antes. Como enviado especial recorrió los frentes de la guerra civil española con una cámara fotográfica. Poco después descubriría en el Museo del Prado aquellas obras de Goya que reavivaron en él todo lo que sintió entre 1936 y 1939 al captar con su cámara los horrores de la guerra. Sus dos libros de ahora -Goya y nosotros y Francisco de Goya: caprichos- son, según ha confesado Seidel a EL PAIS, una aproximación fotográfica a la pintura de este genial creador. Seidel compone fotográficamente las obras que estudia. ¿Por qué resurge ahora en Alemania la obra de Goya? ¿Estamos ante una corriente maiaca, como la puesta en marcha por el arte egipcio? Para Seidel, «los alemanes, que conocen la guerra muy de cerca, no han sabido representarla en un lienzo. Goya, sí». En un tiempo confuso como el actual, el hombre busca una referencia pasada como medio de interpretar el futuro, y así la exposición de Hamburgo y las obras de Seidel tratan de aproximar a los alemanes las premoniciones del pintor aragonés. Para Seidel, «Goya es, sin duda, el pintor más cercano a nuestra época, en la que volvería a representar los Horrores de la guerra. Para el próximo año aparecerán otros dos estudios de este fotógrafo-pintor que vive retirado, a sus 76 años, a los pies de las montañas Karwendel, en el Tirol. En una conversación telefónica nos anticipa que en sucesivos estudios, cada uno de cuatrocientas páginas, tratará la temática de la guerra, los retratos, la gran época de Goya y su tauromaquia.
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