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CATALUÑA

Roca, Cullell y Trías luchan por el control del próximo congreso de Convergencia

Del 30 de enero al 1 de febrero tendrá efecto el sexto congreso de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), repetidas veces pospuesto. El anterior se celebró hace más de dos años, en la primavera de 1978. El deseo del secretario general de CDC y presidente de la Generalidad, Jordi Pujol, es que el congreso transcurra sin enfrentamientos. No obstante, su anuncio, a mero nivel interno, ha generado ya una gran actividad entre las diferentes corrientes, en general agrupadas alrededor de personas un poco desdibujadas ideológicamente.

El hecho más significativo es la distinción a efectuar entre Miquel Roca Junyent y Josep María Cullell, actual consejero de Política Territorial y Obras Públicas. Durante años, Cullell fue el representante del ala indeperidentista de CDC. Por ello mantenía un total enfrentamiento con Roca, desde el tardío ingreso de este últirno en el partido. Cullell era apoyado en esta confrontación por el sector histórico. Este sector lo forman los más antiguos colaboradores de Pujol. Es el ala más moderada, pero también la más estricta en cuanto a hipotéticas corrupciones o beneficios personales. Muchos históricos se forjaron dentro de grupos católicos de corte catalanista y antifranquista. Unicamente se identifican con Pujol, identificación que no siempre es correspondida por éste.

Ruptura Roca-Cullell

De forma insospechada, hace un año se produjo un inexplicado acercamiento entre Roca y Cullell. Ahora esta aproximación ha finalizado completamente, tras sólo meses de existencia. Cullell y sus seguidores -con un catalanismo más acreditado que Roca se han negado a reunirse con los seguidores de Roca para discutir la estrategia precongresual.También han aparecido distinciones significativas entre los ya aludidos históricos y los seguidores de Ramón Trías Fargas, presidente del partido y antiguo líder de Esquerra Democrática de Catalunya, fusionada con CDC. Durante meses, históricos y seguidores de Trías han coincidido en su oposición a Roca, como antes lo habían hecho los históricos y Cullell.

Pero ahora algunos seguidores de Trias (Josep Pi y Jordi Vilajoana, entre otros) expresan un deseo de acercarse a Roca para buscar puntos de concordia. El propio Trías, pese a sus expansiones verbales en contra de Roca, también vería con interés el hallazgo de puntos de coincidencia con éste, en particular después de que Pujol accediese a que, en caso de entrada de la Minoría Catalana en el Gobierno, ésta estaría representada por dos ministros, Roca y Trías, y no sólo Roca, como estuvo previsto durante todo el pasado verano.

Debilidad de los "históricos"

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Cullell, Trías y Roca coinciden en buscar, como máximo, sólo un enfrentamiento entre seguidores que les sitúe a ellos fuera de la lucha directa. En este sentido, aparece un deseo de los tres por separado de erosionar la fuerza del contrincante sin buscar su destrucción. En la práctica, se reduce a intentar que los antagonistas salgan elegidos por el congreso con el menor número de votos. En cambio, los históricos muestran una situación de mayor debilidad, con fuertes posibilidades de resultar perdedores.A nivel de base estos problemas son prácticamente ignorados. La base es únicamente pujolista, y nada más. Se trata, pues, de una simple lucha a nivel de superestructura y cuadros. Entre estos últimos, las afinidades con los dirigentes pasan a menudo por opciones de preferencia y posibilidades de ascenso personales. Tal es el caso del consejero de Gobernación de la Generalidad -sin duda el peor de los miembros del Gabinete catalán-, quien busca la supervivencia personal en el cargo a través del apoyo incondicional a Roca.

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