Reanudación del diálogo con Francia sobre la adhesión española a la Comunidad Económica Europea
Tras las conversaciones mantenidas en París por el ministro para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Eduardo Punset, «es evidente», según este último, «la mejora de la atmósfera que envolvía las relaciones hispano-francesas referentes al contencioso comunitario», después del llamado parón impuesto por el presidente galo Valéry Giscard d'Estaing. Ello se debe esencialmente, por el lado hispano, a una toma de conciencia más realista de las dificultades intracomunitarias. Los franceses, a su vez, «por primera vez, aceptan dialogar razonablemente a partir del programa que yo les he expuesto», dijo el ministro.
Punset terminó ayer sus entrevistas con el ministro de Exteriores. Jean François Poncet; con el secretario de Estado de la misma cartera, Bernard Raymond y, durante más de una hora, con el primer ministro, Raymond Barre. El tema discutido fue el comunitario o, con más precisión, el contencioso franco-español creado por las dificultades que pudiera crearle a Francia la adhesión hispana, en el dominio agrícola de manera especial.
Al final de su estancia en París ayer, el ministro explicó ante la Prensa, en la Embajada española, el contenido de su diálogo con las autoridades galas (lo calificó de «cordial y cuyos resultados me hacen feliz»), que puede resumirse en los puntos siguientes:
1. Días pasados, en Madrid, con Jenkins, se formuló una planificación del trabajo hispano-comunitario para los próximos meses. «Los franceses han aceptado por primera vez este programa, y Raymond Barre lo calificó de razonable y deseable».
2. «Por mi parte he reconocido las dificultades internas de la Comunidad, referentes a la política agrícola común al presupuesto de la CEE. En España no podemos subestimar ni esas dificultades ni las reformas de adaptación que debemos operar para entrar en la CEE, y, paralelamente, para superar la crisis, pues ocurre que esas reformas son las mismas».
3. El plazo necesario para la adhesión no es el verdadero problema: «Lo importante es que nos preparemos para ingresar en el Mercado Común, y ese día entraremos».
De todas maneras, Punset insistió en que, desde el pasado 26 de septiembre se negocia sobre todos los puntos no agrícolas y no comunitarios, y que «no se creará ningún vacío desde el día en que se concluyan estas negociaciones y el comienzo de esos dos contenciosos más difíciles». En cualquier caso. respecto a anteriores evaluaciones, la entrada de España «no se retrasaría más de algunos meses».
4. Punset explicó el proceso de la negociación hispano-comunitaria y aclaró que, prácticamente, esa negociación en Bruselas no ha existido, ya que pasaron los meses con «intercambio de puntos de vista sobre el problema global de la adhesión española». A este respecto conviene recordar que los españoles no fueron debidamente informados, ni por los medios políticos, ni por los informativos. En caso contrario, tras la pausa giscardiana se hubiesen evitado los espectáculos que esos mismos medios montaron a cuenta del desconocimiento del problema.
5. El factor electoral del parón giscardiano, Punset lo minimiza y de ninguna manera lo estima determinante: «Siempre incidirán los problemas interiores en las cuestiones comunitarias, pero no lo bastante como para entorpecer seriamente los objetivos últimos».
6. Francia ha reafirmado, sin reticencia alguna, el deseo de que España entre en la Comunidad, y, «de una u otra manera, se nos asociará a las discusiones sobre los problemas intracomunitanos».
7. Las negociaciones comunitarias podrán complementarse con el reforzamiento de la colaboración franco-española, en dominios como la aeronáutica y el automóvil.
Los medios oficiales franceses de Exteriores difundieron ayer una nota, que reproducía el vespertino Le Monde, según la cual «parece ser que la irritación española contra Francia (a quien el antecesor de Punset responsabilizaba del frenazo de la negociación) se ha calmado sensiblemente». Varios observadores consultados estimaban, tras la conferencia de Prensa de Punset, «que España ha iniciado el único camino que existe, y que existe y que existía desde un principio, para llegar en el momento oportuno a la CEE». En ese camino, la etapa realista que se abrió ayer en París, al margen de apasionamientos extemporáneos y equívocos, queda perfectamente diferenciada de las anteriores. Y según manifestó Punset, debiera acompañarse de un despliegue informativo espectacular, con el fin de que los ciudadanos españoles conozcan los problemas que, quiéranlo o no, incidirán progresivamente en su vida cotidiana.
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