Radio y televisión, libres en Bélgica

Numerosos telespectadores de Bruselas, por primera vez en la historia de la radiodifusión belga, pudieron ver el pasado fin de semana, durante cuatro horas, un programa de variedades emitido ilegalmente por la televisión pirata Tele-Contact. La emisora ilegal disponía de un potente emisor en color y de dos cámaras con las que había grabado las actuaciones de una veintena de cantantes en una de las más importantes salas de Bruselas ante unos 6.000 espectadores. La emisión pirata fue anunciada previamente a la audiencia por una emisora pirata de radio, Radio-Contact.La emisora Radio-Contact nació en marzo de este año y, al contrario de otras emisoras -piratas, según la versión oficial, radios libres, según sus promotores-, nada tiene que ver con sus colegas marginales. Se beneficia del apoyo financiero de distintos sectores industriales y de la ayuda de miembros y simpatizantes del Partido Liberal. Radio-Contact no forma parte de la Asociación para la Liberación de las Ondas en Bélgica (ALO), uno de los organismos fundadores de la Asociación Europea de Radios Libres, constituida en Francia el 30 de septiembre de 1979.

Las autoridades judiciales de Bruselas, visiblemente turbadas ante el éxito popular de la emisión de Tele-Contact -según informa France Presse-, mantienen silencio ante la emisión pirata de televisión, hecho que podría facilitar la repetición de la experiencia. Tan sólo la dirección de la Radiotelevisión Belga (RTBF) expresó una queja formal.

Bélgica, después de Italia, se ha lanzado ya a la batalla por la libertad de emisión y la ruptura del monopolio estatal, según afirma la citada agencia francesa. El monopolio se encuentra, de hecho, parcialmente roto, ya que los telespectadores, belgas pueden recibir los programas de las tres cadenas del país, las tres francesas, dos holandesas, tres de la República Federal de Alemania, una de Luxemburgo, y las tres cadenas británicas (estas últimas, si se dispone de una antena adecuada).

Actualmente, más de ochenta emisoras de radio, según France Presse, emiten regularmente, si bien en situación ilegal, dentro del territorio belga. Veinte de estas emisoras están localizadas en Bruselas, y la mayoría pertenece a movimientos feministas, asociaciones de vecinos y ecologistas, como Radio-Aleternative y Radio-Plus. Otras emisoras son patrocinadas por partidos políticos, como Radio-Iris, del Frente de Francófonos (FDF), que comenzó a emitir en 1977. Mientras que en el territorio francófono las emisoras piratas gozan de la tolerancia administrativa gracias al plan de radios locales, aprobado en julio de 1979, los secuestros administrativos sistemáticos dificultan la existencia de estas radios en Flandes.

La desigual situación en que se encuentran las comunidades flamencas y francófonas respecto al futuro de las radios libres será todavía mayor si a finales de año se confírmala posibilidad de que el Gobierno autorice las radios libres en territorio francófono, siempre que no estén vinculadas a grupos políticos y no emitan publicidad. Los animadores de las radios libres consideran estas medidas como excesivamente restrictivas, mientras que la RTBF se plantea la posibilidad de emitir publicidad por sus cadenas nacionales de televisión.