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La comisión ejecutiva de la FSM pide la dimisión de Revilla como presidente de la diputación

La comisión ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña ha propuesto al comité regional (máximo organismo del partido entre congreso y congreso) el cese de Carlos Revilla de su cargo de presidente de la Diputación Provincial. Asimismo, dicha comisión propone también la creación de un órgano de gobierno formado por el presidente del organismo provincial, los dos vicepresidentes, el delegado de Hacienda y un diputado comunista, así como que el grupo de diputados provinciales elabore para el ejercicio de 1981 un programa de actuación política. El grupo que encabeza Alonso Puerta se mostró partidario de que Revilla continúe al frente del organismo provincial.

El pleno del comité regional pedirá probablemente a Carlos Revilla que presente su dimisión como presidente de la Diputación Provincial. Si éste lo hace así, como sería lo normal (Revilla afirmó hace unos días que acataría la decisión del comité regional) será el comité ejecutivo federal del PSOE quien decida en última instancia si acepta o no esa dimisión. En caso de que llegue a producirse implicaría también su cese como diputado provincial para dejar un puesto libre, que sería ocupado por el nuevo presidente de la diputación.Los debates han sido muy duros a lo largo de siete horas. El asunto Revilla ha sido seguido con mucha preocupación por el comité ejecutivo federal, en el que el presidente cuenta con varias amistades de peso que vienen desde la época de la clandestinidad. Tal vez debida a esa preocupación por la imagen pública del partido, el comité ejecutivo de la FSM intentó en la mañana de ayer, sábado, salir de la crisis mediante una solución de compromiso. La FSM pidió a Carlos Revilla que firmara una carta en la que se comprometería a restituir a Eduardo Ferrera como presidente del Consejo de Administración de la Ciudad Sanitaria Provincial, la formación de un órgano de gobierno formado por el propio Revilla, Arsenio López Huerta (un hombre de su confianza), José Borrell y César Cimadevilla (opuestos al presidente) y dos comunistas. El tercer punto de la carta consistiría en una autocrítica muy seria, en la que Carlos Revilla reconocería todos sus errores al frente de la Diputación Provincial, incluyendo la falta de dirección política, el asunto de Alvarez de Miranda, las irregularidades en la Ciudad Sanitaria Provincial, el uso personalista del poder, etcétera.

A su vez, Alonso Puerta habría presionado también a Revilla para aceptar esta solución. Sin embargo, la carta presentada por Revilla hace mención a los dos primeros puntos, pero no recoge el de la autocrítica.

Al no llegar a un acuerdo, el debate registró puntos de tensión muy fuertes. José Borrell, César Cimadevilla, Sócrates Gómez y Eduardo Ferrera criticaron duramente, sobre todo el primero,- la actuación de Revilla. A su vez, el presidente inició su réplica reconociendo errores en su gestión, pero a continuación atacó también duramente a sus detractores.

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