Mal avenidos

El día que el Atlético de Madrid deje de ser una familia mal avenida no será el Atlético. El día que reine la armonía en el Manzanares habrá que pedir volteo general de campanas. A los atléticos medio prepotentes les cuesta mucho trabajo quedarse quietecitos una temporada. Parte de la anterior directiva salió por piernas y algunos de los defenestrados ya han comenzado a montar numeritos para que no se les olvide.En torno al nombre de Vicente Calderón se intenta revitalizar una peña destinada a levantarle los pies del suelo al actual presidente. Que éste haya pedido una auditoría de cuentas ha puesto nerviosos a algunos. Y para mí la casi totalidad de ex directivos no puede tener temor alguno a que se expliquen ciertas cosas. Hubo directivo que gratis et amore llenó de cemento todas las galerías del estadio. Fue un ejemplo de generosidad. Hubo otro, en cambio, que construyó una valla a precio de muralla china. Y hubo quien durante años quedó de perlas durante las Navidades a base de soberbios regalos pagados por el clul). Corno en cualquier casa, ha habido de todo. Pero sólo un directivo tuvo que ver con ciertos fichajes, cuyo asiento en los libros de contabilidad dirán los auditores si fue correcto o no.

El despecho es mal consejero. La precipitación produce, a veces, frases altisonantes, pero hueras. Quienes se fueron harán un buen servicio a la entidad si se mantienen a prudente distancia. Quienes están ahora en el puente de mando deben hacer gala de serenidad.