Angel, un futbolista con inquietudes
La inmensa mayoría de los futbolistas deja de estudiar cuando con el fútbol le va lo bastante bien como para garantizarles su futuro. Angel, centrocampista del Madrid, es el caso contrario. Angel ha aprovechado el desahogo económico que le ha proporcionado el fútbol para hacerse con una formación cultural que en la adolescencia no pudo alcanzar. Reemprendió sus estudios y aspira a licenciarse en Económicas.
Todo el tiempo libre de Angel se consume en estudios y lecturas. Sus compañeros sienten por él un profundo respeto. En los viajes en avión no suele pasear por el pasillo, ni sumarse a las improvisadas partidas de cartas. Se queda en su asiento, leyendo siempre algún libro o un periódico. De cuando en cuando subraya algunas palabras. Ninguno de sus compañeros se atreve a meterse con él ni a gastarle una broma porque saben que para Angel la lectura es lo más importante.Angel nació hace veintisiete años en Huelva, hijo de un modesto funcionario municipal: «Éramos nueve hermanos, y aunque nunca pasamos hambre, tuvimos que trabajar desde jóvenes porque si no, no llegaba. Por eso tuve que dejar los estudios en primero de bachillerato». Trabajó en una empresa de embalajes de pescado hasta que le fue bien en el fútbol: «Empecé en el Villaplana, de regional, y de ahí pasé al Huelva, que me cedió al Algeciras. Después me compró el Español, pero nunca Ilegué a alinearme con ellos, porque me cedieron al San Andrés y al Jaén».
Fue entonces cuando comenzó con sus estudios: «Yo sé que esto del fútbol es un sueño que un día se acaba, y hay que estar preparado para afrontar la vida cuando eso ocurra. Además, se disfrutan más las cosas cuando se tiene una cultura. Yo paso mis mejores ratos leyendo». Consiguió el título de graduado escolar cuando aún estaba en el Jaén. Después le fichó el Salamanca y siguió con los estudios, ahora con el BUP. Y el año pasado llegó al Madrid e hizo COU. Ayer y anteayer pasó el examen de selectividad: «Espero que me haya salido bien. Si apruebo, tengo plaza reservada para estudiar Económicas. Mi ilusión es poder vivir el día de mañana de esa carrera, encontrar trabajo en alguna empresa. Lo que no quiero hacer nunca es montar un negocio, porque no tengo madera para eso».
Le gusta el ambiente del estudio «porque es menos hipócrita que el del fútbol. En el fútbol no eres una persona, eres Angel, un héroe el día que estás bien y un apestado cuando las cosas salen mal y el equipo pierde. En el ambiente de los estudiantes soy un tipo corriente, con facilidad para unas asignaturas y dificultad para otras, como todo el mundo». Ha trabajado duro para recuperar el tiempo perdido en los estudios. El año pasado estudiaba de ocho a diez de la mañana y de tres a cinco de la tarde, y de seis a diez iba a una academia. Por la mañana, por supuesto, el tiempo restante se consagraba al entrenamiento.
No todas sus lecturas son los apuntes o los libros de texto. Le gusta mucho leer: «Pero me gusta más que nada leer cosas reales, estar al tanto de por dónde va el mundo. Leo muchos temas científicos. Como evasión o fantasía, me gusta, sobre todo, la poesía. Mis autores preferidos son Machado, García Lorca y Dámaso Alonso». Desconfía de los best sellers, no lee libros de ciencia-ficción y nunca ve la televisión. Le gusta visitar museos cuando tiene un rato libre, sobre todo el del Prado, en el que afirma quedarse absorto en cada sala. También va al teatro todo lo que puede, aunque «nosotros tenemos libre para salir de noche sólo los lunes, y los lunes es el día de descanso de la mayor parte de las compañías. Siempre tengo que buscar la forma de ir entre semana». En el campo es un jugador disciplinado que sabe cumplir a tope las órdenes del entrenador y que resulta agresivo en ocasiones: «Creo que el estudio me favorece como jugador, porque me da esa disciplina y esa capacidad de concentración que son necesarias hoy en día para jugar a tope».
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