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Detenidos los presuntos autores de la muerte de Juan Muñoz

Cuatro personas han sido detenidas por su presunta responsabilidad en la muerte de Juan Muñoz, de veinticuatro años, que fue mortalmente apuñalado el sábado de la semana pasada en el barrio de Villaverde. Una quinta persona, que también habría participado en la agresión, según las primeras informaciones, aún no ha sido localizada.

El ataque fue una represalia entre consumidores de drogas duras. Al parecer, Muñoz había robado poco antes un gramo de heroína a uno de los agresores.Las declaraciones de los detenidos han permitido a la policía una primera reconstrucción del hecho. Unos días antes del sábado, Juan Muñoz había tratado de arrebatar a Luis Pablos, de veintisiete años, a punta de navaja, un gramo de heroína «que éste había adquirido para su consumo». Pablos trató de resistirse a la entrega y Muñoz le lanzó una puñalada, que pudo esquivar. Posteriormente, ambos volvieron a enfrentarse, pero fueron sorprendidos por una unidad Zeta.

Muñoz fue puesto en libertad bajo fianza. Localizó a Pablos, le amenazó de muerte y le exigió la cantidad de dinero que se vería forzado a entregar.

Pablos ha declarado que reunió a cuatro amigos y que decidieron dar un escarmiento a Muñoz. El grupo se trasladó en un R-12 marrón a un descampado próximo a la calle de Santa Petronila, en la que Muñoz residía.

Al descender del automóvil, Pablos empuñaba una escopeta recortada del calibre 12, con dos cartuchos en las recámaras. Antonio Catalán, de 33 años, esgrimía un puñal de quince centímetros de hoja. Al parecer, los hermanos José y Francisco Gil, de veintiséis y veinticinco años, respectivamente, así como la quinta persona no identificada, iban provistos de vergajos que no llegaron a utilizar.

Una hermana de Muñoz había declarado el día de la agresión que «cinco hombres descendieron de un coche, se le acercaron y le apuñalaron». Cuando habían huido, un particular trasladó al herido a la Ciudad Sanitaria Primero de Octubre.

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Los policías iniciaron las pesquisas desde un dato conocido: Juan Muñoz era adicto a las drogas duras «y estaba relacionado con el tráfico de estupefacientes». En uno de los controles montados en el barrio de Vallecas descubrieron el R-12 de color marrón cerca de la avenida de San Diego. Los viajeros eran precisamente Antonio Catalán y Luis Fernando Pablos. En el interior fue encontrado el cuchillo, cuyas cachas conservaban aún restos de sangre en las ranuras y que luego Catalán reconocería haber esgrimido en el momento del ataque. Los agentes hallaron también ocho dosis de heroína y cuatro pastillas de hachís. En un Seat 850, propiedad de Pablos, encontraron finalmente el resto de las armas.

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