Los masoquistas
de todo el mundo tienen, a partir de ahora, un lugar ideal donde pasar sus vacaciones: un auténtico campo de concentración hitleriano, reconstruido fielmente en Hampshire (sur de Inglaterra) por Bob Acraman, un antiguo sargento de la Arrpada británica, que no ha dudado en poner su finca de Weyhill a disposición de cuanto morboso quiera acercarse, y que, por la módica cifra de 5.000 pesetas, podrá pasar tres días de intensos interrogatorios psicológicos, en barracas de miserables condiciones y contundentem ente torturado.
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