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Los actores Pedro Osinaga y José Rubio,

que han participado en la temporada teatral de Bilbao, repetían, con el éxito de años anteriores, la representación de las comedias Sé infiel y no mires con quien y Enseñar a un sinvergüenza, respectivamente, en las salas 1 y 2 del teatro Carlton.Como quiera que los dos locales están situados uno encima de otro y existía una comunicación entre ambos, José Rubio aprovechaba cada día un largo mutis que le permitía la obra para subir a la sala donde Pedro Osinaga daba vida a su papel de «ambiguo infiel», y desde bambalinas, con gestos y muecas, trataba de hacerle «perder los papeles», objetivo que no logró en ninguna ocasión.

A punto de concluir las fechas contratadas en el teatro, Pedro Osinaga comentó a algunos amigos las bromas, siempre amistosas entre compañeros, de Pepe Rubio y les prometió que, como respuesta, le iba a dar una sorpresa mayúscula.

La obra que representaba el galán Rubio estaba a punto de concluir y en su momento culminante, cuando de improviso aparecieron en escena Pedro Osinaga y su compañera de reparto Ana María Vidal. Ante la sorpresa de José Rubio, que enmudeció, los dos actores se dirigieron a él y, tras presentarse como «los vecinos de arriba», le explicaron que estaban allí para protestar por el alboroto que estaban armando «y, de paso, para pedirle un poco de azúcar».

Tras unos segundos de titubeo, José Rubio les siguió la broma, y el público, que por unos instantes creyó que se había confundido de sala, prorrumpió en un fuerte aplauso, que obligó a los tres actores a saludar desde el borde del escenario. Luego, restablecido el silencio, continuó la representación.

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