La policía detiene a un sospechoso del "crimen de la opera"
El pasado 24 de julio, el cuerpo desnudo y sin vida de una joven violinista fue encontrado en una salida de aire acondicionado del Metropolitan Opera House, de Nueva York. El hecho de que no se encontrase una explicación lógica a un hecho aparentemente absurdo -la víctima, Helen Hagnes, de 31 años, no parecía tener enemigos-, hizo que se evocase casi inmediatamente la aparición de un nuevo «fantasma de la ópera». La policía de Nueva York, sin embargo, parece ya en condiciones de poner nombres y apellidos a ese pretendido fantasma.
Un maquinista del Metropolitan Opera House, de Nueva York, ha sido detenido por la policía e inculpado como responsable del asesinato de la joven violinista Helen Hagnes, el pasado 24 de julio, después de una gigantesca investigación llevada a cabo entre los casi mil empleados del teatro.El detenido es un joven de veintiún años, Craig Crimmins, empleado en el Mel (diminutivo familiar del Metropolitan Opera House) desde hace cuatro años.
La policía, que mantiene una cierta reserva sobre este caso, no ha hecho públicas las pruebas de que dispone. Sin embargo, según una fuente próxima a la investigación, Crimmins correspondería al retrato-robot de una persona vista con Helen Hagnes la noche de su desaparición. Además, el detenido no habría podido justificar qué estaba haciendo en el momento en que se produjo el crimen. Según las mismas fuentes, huellas dactilares de Crimmins habrían sido encontradas cerca del lugar del asesinato que tendría un origen sexual.
El descubrimiento del cadáver de la joven violinista había dado lugar a las más extravagantes especulaciones, que iban desde una equivocación en la elección de la víctima hasta la existencia de un « fantasma de la ópera».
La violinista había desaparecido la víspera de su muerte, durante el entreacto de un espectáculo ofrecido por los ballets de Berlín y en el que intervenían, como vedeties, Galina y Valery Panov, un matrimonio de bailarines que huyeron de la Unión Soviética. La joven te había dicho a una amiga que tenía una cita profesional con Panov, pero después se comprobó que éste no la había visto.
Uno a uno, todos los miembros de la compañía y el personal del teatro fueron interrogados. Ante la ausencia de indicios, hubo quien expuso la idea de que el asesino habría podido atacar a la joven violinista creyendo que lo hacía a Galina Panov.
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