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UGT gastará cincuenta millones de pesetas en las elecciones sindicales

La Unión General de Trabajadores tiene asignado para las próximas elecciones sindicales un presupuesto de cincuenta millones de pesetas. Elecciones que, según la dirección del sindicato, corren el riesgo de no cumplir garantías democráticas suficientes y están amenazadas por una normativa que puede consagrar el trasvase de delegados y con ello crear un «mercado» que romperla el deseo generalizador de clarificar el panorama de las fuerzas sindicales en el país.

Antón Saracíbar, secretario de organización y responsable del comité electoral de UGT; Manuel Chávez, secretario de Prensa, y José María Zufiaur, secretario de relaciones sindicales, expusieron ayer, en conferencia de prensa celebrada en Madrid, su preocupación porque la Administración no actúe con celeridad en algunos aspectos relacionados con la normativa para las próximas elecciones.Los dirigentes de UGT manifestaron su disconformidad con la forma y el fondo del proyecto de normativa electoral, calificaron de «incorrecto» el funcionamiento de los organismos provinciales del IMAC y denunciaron que a estas alturas de mes la Administración no haya facilitado aún el censo electoral.

«Dudo», dijo Antón Saracíbar, «que las elecciones reúnan las garantías necesarias para su calificación democrática y que el recuento no sufra los mismos problemas que en el año 1978».

Trasvase de delegados

Los tres dirigentes de UGT ratificaron ayer la postura, expresada ante el subsecretario de Trabajo días pasados, de no admitir el trasvase de delegados elegidos bajo unas siglas a otro sindicato. «Esto va en contra de la filosofía que aparece en el Estatuto de los Trabajadores», afirmó Manuel Chávez.Respecto a las elecciones anticipadas, UGT considera que «no tienen una mínima credibilidad democrática», porque la mayor parte de las actas se pueden impugnar. Según la central sindical, los IMAC provinciales se han limitado a registrar los resultados, sin realizar una certificación lógica y sensata de la validez de las mismas.

En este punto, UGT denunció que entre las irregularidades más importantes registradas en las actas figuran: la falta de separación de colegios electorales, no constan en muchos casos los votos obtenidos por los candidatos, algunas actas definitivas llevan impreso el sello de Comisiones Obreras y, en algunos casos, los componentes de la mesa se presentaron como candidatos.

UGT, según anuncio realizado ayer, va a reconocer sólo los resultados de las actas que obran en su poder de las elecciones celebradas después de la entrada en vigor del Estatuto de los Trabajadores.

Para evitar los posibles problemas de confusión de datos que originaron los resultados de las elecciones de 1978, UGT propone la creación de una comisión tripartita, integrada por el IMAC, empresarios y centrales sindicales, para que se certifique la validez de los datos resultantes de las elecciones de 1980.

«Queremos evitar», afirmó Antón Saracíbar, «la típica guerra de datos en estos procesos».

UGT manifestó asimismo su esperanza de poder tener acceso al texto definitivo de la normativa electoral antes de que se proceda a su aprobación.

Según datos facilitados por UGT, la central socialista obtuvo, desde el pasado 15 de marzo hasta el 15 de julio, un 38,85% de los delegados elegidos, y Comisiones Obreras, el 36,06%. Comparados estos datos con los de igual período de 1978, la central socialista aumentó un 8% su representación, mientras que Comisiones Obreras la redujo en un 4%, aproximadamente.

La central socialista iniciará su campaña electoral a principios de septiembre.

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