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La televisión en la escuela

La función de la televisión en la educación, vista a través del análisis de ocho ejemplos de diferente utilización de la televisión en las aulas en diversos países, fue el tema de la conferencia pronunciada por el profesor Fernando Labrada, director del curso que sobre televisión y educación se está desarrollando en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo.Al objeto de situar el tema de la conferencia, el profesor Labrada tomó como referencia, de un lado, un país con una estructura educativa débil como Costa de Marfil y, del otro, a Estados Unidos, «donde la televisión en el aula supone una explosión audiovisual absoluta». En su exposición analizó el hecho de que en determinados países la televisión cumple funciones de sustitución de infraestructuras deficientes o de un profesorado mal preparado, en tanto que en países de un alto nivel cultural y económico, como Estados Unidos o Japón, la televisión juega un papel de innovación pedagógica.

El profesor Labrá da dijo que precisamente los dos países anteriormente mencionados -«los más desarrollados en lo que a medios de comunicación se refiere»- empiezan a investigar profundamente la posibilidades pedagógicas de tele visión, «no como elemento sustitutivo o de ayuda», precisó, «sino como elemento pedagógico en sí mismo», afirmando que «las posibilidades pedagógicas de la televisión son prácticamente desconocidas».

Por su parte, Miguel Martínez Martín, doctor en Pedagogía y profesor de la Universidad de Barcelona, abordó la necesidad de «un control de la televisión y el video como elementos y recursos audiovisuales al servicio de la educación», afirmando que ello sólo sería «alcanzable si previamente se desarrolla una formación del profesorado en ese sentido y se incrementa el nivel de formación pedagógica y psicológica del mismo, para que éste se encuentre capacitado en su nuevo papel en la escuela».

Más adelante, el profesor Martínez Martín insistió en la necesidad -desde un punto de vista propio de la teoría del aprendizaje y de la educación- de no «caer en el error de pensar que la sola aparición de la televisión en el aula supone un avance pedagógico. Puede ocurrir, por el contrario» afirmó, «que de no darse los anteriores supuestos, se sustituya al profesor clásico de la enseñanza tradicional por el monitor moderno de la enseñanza audiovisual y todo quede igual. Y, lo que es más grave», puntualizó, «se piensa que algo ha cambiado para el bien de la pedagogía y de los alumnos». Finalmente, dijo el conferenciante que los «defectos del actual sistema educativo no se resuelven sólo con la aparición de la televisión en el aula. Se precisa», afirmó, «una auténtica renovación pedagógica en toda su profundidad y en ella la televisión es un elemento más Muy importante, pero uno más».

«El valor testimonial de lo que se ve y oye en el receptor, incrementado por la ilusión de la objetividad, el atractivo espectacular y la hipnosis de las imágenes, queda transformado, matizado, manipulado por la intencionalidad del mediador humano», dijo en la conferencia que sobre El lenguaje televisivo pronunció en el curso reseñado el profesor de la facultad de Ciencias de la Información, Mariano Cebrián Herreros. En su opinión, el lenguaje tecnificado de la televisión se convierte en un encubrimiento, «en una pantalla que difícilmente deja llegar al telespectador, en su primer visionado, a fondo de la ideología que vehicula».

La peculiaridad de la televisión capaz de aproximar los hechos e el mismo momento en que suceden «provoca la fascinación en el telespectador de que está presenciando directamente la realidad. Sin embargo», precisó, «la realidad presentada por la televisión es una metamorfosis, una interpretación técnica y humana de lo que el telespectador, del hecho real, percibe».

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