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Madrid-Real Sociedad, la gran final esperada

El Trofeo Ciudad de Palma tendrá la final que los organizadores soñaban: la revancha de la Liga entre la Real y el Madrid. La Real se clasificó anoche en los lanzamientos desde el punto de penalti, tras un soporífero encuentro. El público se aburrió y abroncó en varias fases del encuentro a los dos equipos, especialmente a la Real.En principio, el juego del equipo donostiarra fue bastante bueno, se colocó bien sobre el campo y con ese estilo tan suyo del apoyo constante, toque rápido y la precaución de no arriesgar casi nunca la pelota, jugó unos primeros minutos de bastante calidad Pero el Bohemians esperaba siempre encerrado atrás, contraatacando con muy pocos hombres, con lo que a su vez nunca dejaba claros en la línea defensiva para los consiguientes contragolpes de la Real.

Pronto se vio que se planteaba un partido entre dos equipos que no estaban dispuestos a arriesgar nada. Ambos, con sólo dos hombres punta y muy pocos de los elementos más retrasados, se incorporaban al ataque. Los minutos transcurrían con un peloteo de área a área, sin que ninguna de laa dos menguadísimas delanteras tuviera nunca posibilidades de crear alguna ocasión de gol, pues en ambas áreas había una absoluta superioridad numérica de defensas. En todo el primer tiempo no se vio más que un gran lanzamiento de golpe franco por parte de Panenka, que escapó fuera por poco, y varias buenas jugadas de Zamora, que estuvo excelente durante toda la primera parte.

La segunda mitad fue peor aún. Hubo largas fases que dio la impresión de que los dos equipos se conformaban con la solución final de los lanzamientos desde el punto de penalti, y paseaban el balón por el centro del campo con la misma indolencia que se pasea un perro por el parque. Sólo cuando la bronca del público creció considerablemente, la Real arriesgó un poco, confiada también en la fatiga del Bohemians, y creó algunas jugadas de gol en los últimos diez minutos; pero no llegó a marcar. Pero, por lo menos, pudieron. verse un par de paradas del meta checoslovaco, que hasta entonces había estado ocioso, como estuvo Arconada todo el partido.

Se llegó, pues, a los lanzamientos desde el punto de penalti. En la serie de cinco, ambos equipos fallaron solamente uno. El checo Nemec estrelló en el larguero el segundo lanzamiento de los suyos, y Arconada anuló la ventaja de la Real con su fallo en el quinto lanzamiento, que le correspondió a él y fue detenido por su colega, el meta checoslovaco; éste, a su vez, realizó el quinto lanzamiento para los suyos y marcó. Después, en los lanzamientos alternados, hasta que se produjera el primer fallo, Arconada consiguió detener el segundo de los checoslovacos y clasificó así a su equipo para la final.

Habrá, pues, revancha de la Liga. Para que nada falte, arbitrará García Carrión, que dirigió el último Madrid-Real Sociedad, el del discutido penalti de última hora. Arconada y Juanito volverán a enfrentarse, el campo se llenará y los organizadores, que ya han cubierto gastos, obtendrán estupendas ganancias. El Madrid jugará con García Remón; Pérez García, Benito, Gallego, Camacho; Stielike, García Hernández, Angel; Juanito, Santillana y Cunninghan. L a Real lo hará probablemente con los mismos que jugaron anoche, que, por supuesto, contarán con la desventaja de tener que jugar veinticuatro horas después de su primer partido, frente a un equipo que ha tenido un día más para descansar.

Los torneos de verano están perdiendo, merced a estas cosas, credibilidad para los aficionados, que, además de que se resisten a gastar una importante suma en adquirir sus localidades, empiezan a dudar de la honestidad de los mismos.

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