Detenido en Francia el responsable del atentado contra el matrimonio Etxabe

La policía francesa detuvo hace más de un mes, en la localidad de Divonne-les-Bains, próxima a la frontera suiza, al organizador del atentado que costó la vida en San Juan de Luz, el 2 de julio de 1978, a Agurtzane Arregui, esposa del antiguo dirigente de ETA Juan José Etxabe, según una información publicada ayer en el diario Egin, Esta revelación fue efectuada por el propio juez instructor de Biarritz, apellidado Larque, a Etxabe y a su abogado, Maurice Abeberry, en el curso de una entrevista que se prolongó durante hora y media el viernes pasado.Según relataron Etxabe y Abeberry, el juez les informó de la detención, explicando que la persona en cuestión niega haber participado en el atentado, a pesar de que la policía dispone de abundantes pruebas y contaba ya con datos sobre la identidad de tres de los presuntos autores, delincuentes comunes españoles contratados al efecto, desde pocos días después de haberse cometido el hecho. El detenido es de raza blanca, europeo, aunque nacido en Marruecos, y cuenta 45 años de edad. Según los datos facilitados por Etxabe y su abogado, Larque señaló que esta persona goza de cierta protección en Marruecos, ha participado activamente en grupos de la OAS y en actividades antiargelinas y está relacionado con un general de la Guardia Civil, aunque no especificó en qué sentido.

La identidad de esta persona no ha sido revelada por el momento ni se ha especificado si puede guardar relación con otros atentados cometidos contra refugiados vascos en territorio francés.

El atentado en que murió Agurtzane Arregui tuvo lugar poco después de las once de la noche, cuando el matrimonio Etxabe había cerrado el restaurante de su propiedad en San Juan de la Luz. Mientras su esposa le esperaba en el automóvil, aparcado cerca del establecimiento, Etxabe se dirigía a la otra portezuela. En ese momento, una persona abrió fuego de metralleta desde la calle, casi a quemarropa, alcanzando de lleno a Agurtzane Arregui, que recibió dieciséis balazos y falleció casi instantáneamente, e hiriendo de gravedad a su marido. Aunque el ametrallamiento fue reivindicado por la Alianza Apostólica Anticomunista, y causó una profunda conmoción en el País Vasco, donde nadie puso en duda su intencionalidad política, la policía francesa orientó la investigación en un principio, al menos aparentemente, como si se tratara de un ajuste de cuentas.