Batalla campal entre los ciclistas
La cuarta etapa de la Vuelta a Portugal (cuyo programa consta de once más) finalizó con una tremenda batalla campal, en la que participaron 54 corredores, que se golpearon entre sí con los puños, las bombas y las bicicletas. Se duda de que la carrera pueda continuar, y anoche se especulaba con la posibilidad de la suspensión.El prólogo de la batalla se produjo por la mañana, antes de que se diera la salida a la etapa, cuando la esposa del corredor Fernando Mendes se arrojó contra el director de carrera, Sidonio de Sousa, al que dejó señaladas sus uñas y sus dientes antes de que pudieran quitársela de encima. La agresión de la aguerrida esposa de Mendes tuvo como razón la descalificación de su marido por haberse negado a pasar el control antidoping.
Tras la actitud de su esposa, Mendes, enardecido, decidió tomar la salida en la etapa, pese a la suspensión, y lo hizo rodeado de todo su equipo. Durante quince kilómetros el pelotón rodó normalmente, pero en las primeras rampas del Santuario de Sameiro comenzó la batalla entre los ciclistas, sin que se sepa exactamente cómo. Sólo cuatro de los 58 corredores que componían el pelotón siguieron la carrera para completar la etapa del día. Los otros 54 se quedaron enzarzados en una monumental pelea, que duró varios minutos, hasta que pudo ser controlada por las fuerzas públicas.
