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Canadá, campeona mundial de "flying dutchman", no estuvo en Tallinn

Los Juegos Olímpicos tienen quince días de competiciones, y el domingo se pasó ya el ecuador de los mismos. En la densa octava jornada se repartieron veintitrés títulos, y ayer, lunes, en la novena, apárte de lo decidido oficiosamente ya en vela, se añadieron otros diez más. EI panoranma, sin embargo, suceda lo que suceda, sigue ensombrecido por las ausencias. El éxito de Abascal y Noguer, por ejemplo, medalla de oro en la clase flying dutchman, no puede hacer olvidar que faltaban Canadá y la RFA, superiores recientemente en el campeonato del mundo. En atletismo hubo bajas como Nehemiah, Myricks e incluso Oerter; el yudo comenzó sin Japón en liza, y la natación, ya finalizada, tendrá, a partir de hoy, la réplica norteamericana en sus campeonatos nacionales, en Irvine (California).La vela no finalizará oficialmente hasta hoy, con la séptima regata, aunque ya se puedan considerar campeones algunos regatistas. Es el caso del gran éxito español, indudable, en flying dutchman. Sin embargo, no se puede dejar de señalar que el 14 de junio, en el campeonato mundial de la clase, disputado en Malmoe (Suecia) -en principio, europeo, pues se iba a considerar como mundial la regata de los Juegos, pero fue subido de categoría ante las ausencias previsibles en Tallinn-, Abascal y Noguer se clasificaron en cuarto lugar. Los canadienses McLoughin-Bastet ganaron, con 23,6 puntos, seguidos por los hermarros alemanes federales Batzill, con cuarenta, y Diesch, con 47,1. Los españoles sumaron 49,3. Evidentemente, las diferencias con los alemanes -de los que sólo uno hubiese estado en Tallinn- fueron mínimas y tampoco indicativas de superioridad clara, pero el hecho real es que tendrían que haber estado en Tallinn de no interponerse el boicoteo. El triunfo posible de Abascal, que ya pudo tener medalla en Montreal, como Gorostegui, de no tener mala suerte á última hora, se habría realzado mucho más. En vela no sucede como en otros deportes, en que difícilmente se cambian «marcas acreditadas», y al estar entre los mejores podía haber ganado igualmente el oro.

Pero las bajas en los dos días que iniciaban la segunda mitad de los Juegos fueron también significadas en otios deportes. El yudo comenzó otorgando.tres títulos, y ya en el primero se echó de menos a Yamashita, campeón mundial en París, en 1979, en los pesados. El yudo sin Japón es un yudo devaluado en gran parte. La hípica cumplió su primer paso con el concurso completo y las ausencias de todos los países occidentales, Estados Unidos -campeón olímpico en Montreal individualmente, con Coffin, y por equipos-, Gran Bretaña, Francia, etcétera, así como los militares de Italia, dejó el título a un discreto transalpino, que precedió a dos soviéticos noveles en este deporte. La prueba tuvo un discretísimo nivel.

Fue curioso, incluso, que en halterofilia, donde el dominio de los países socialistas es total, faltara en los 90 kilos el alemán occidental Milser, hasta hace poco recordman mundial. Falló Rigert, el gran favorito, y se hubiera podido llevar incluso el título, pues fue campeón europeo y subcampeón mundial el año pasado. En esgrima, sin bajas apreciables en espada individual, faltó la RFA, tercera en florete por equipos de los mundiales de Melbourne-79. En el salto de palanca ganó Hoffmann, pero debió hacerlo Greg Louganis (EE UU), campeón mundial en 1978 y primero en la Copa del Mundo de Texas-79. En remo, Kolbe (RFA), subcampeón mundial de skiff, y varios barcos de Estados Unidos, Nueva Zelanda y la RFA habrían hecho «menos cómodo el paseo» de la RDA.

De todas formas, las grandes ausencias volvieron a notarse en natación y atletismo. En el deporte acuático Sidorenko ganó los 400 estilos, pero no llegó al récord mundial del puertorriqueño norteamericano Jessee Vasallo -4.20.05-. En 1979, aunque había tenido problemas de lesiones, hizo 4.21.63. Debió medir sus fuerzas en Moscú. Sidorenko este año tenía 4.21.97. En 100 metros libres ganó Woithe, pero Gaines, con 49.61; Cavanaugh, 50.19; o Kirchner, 50.69, confirmarán en los campeonatos de verano que se inician hoy en Irvine, California, su capacidad. En Mujeres, aunque ganó los 800 libres la australiana Ford, no fue a Moscú su compatriota y recordwoman mundial Tracey Wickham -8.24.62-. Pero tampoco Lineham, 8.24.70, por poner sólo un ejemplo «americano». En 200 espalda Rina Reinisch quitó el récord mundial a Linda Jezek, pero ésta « no pudo defenderse». Kinkead y Walsh estaban al mismo nivel. En 4 x 200 libres, por último, también la RDA, que superó nueve récords mundiales de los diez conseguidos en los Juegos -el décimo fue el de Salnikov, en 1. 500 libres-, borró -de las listas a Estados Unidos, pero habrá que contar con la revancha norteamericana y su razzia de nuevos récords.

Atletismo: 110 metros vallas. Nehemiah, recordman mundial, con 13.00, es actualmente imbatible. Foster, 13.27, y Cooper, 13.34, habrían dicho en las medallas. Casañas tenía 13.23; Munkelt, 13.4 1, y Puchkov, 13.5 1. En 10.000, para, «animar» aún más el festival etíope-finlandés, debió estar Virgin (EE UU), 27.29.16, segunda mejor marca mundial de todos los tiempos hasta hace pocos días; y Rono, por supuesto, el keniata recordman mundial, aunque no haya recuperado su forma. Incluso el japonés Seko, 27.43.4, también recientemente. La influencia en lajabalina masculina y 400,800y 100 vallas femeninos hubiese sido mínima, pero no en 200,,Iongitud y disco masculinos. King, 20.08; Sanford, 20.26, o Mallard, 20.34, cualquiera de los norteamericanos, habrían dificultado aún más el gran triunfo de Mennea, con humedades o dificultades atmosféricas de la pista del estadio Lenin, aparte. Mennea tenía acreditados este año 20.38; Wells, 20.35, y Quarrie, 20.45. En disco, ante el pobre nivel de la final, hasta Al Oerter podía haber ganado sus cuartos Juegos. Tenía más de 68 metros este año. Pero más aspirante aún hubiese sido Mac Wilkins, ex recordman mundial, con unos 70.86, hace poco, segunda mejor marca universal. También Heltjnes (Noruega, 69,50). Y en longitud, si Dombrowski estaba imparable, Myricks había hecho el año pasado 8,52. Habría sido un duelo en la cumbre «hacia el inalcanzable Beamon». Otra gran pérdida.

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