Deportistas de tarde
Un veterano maestro del periodismo deportivo, Antonio Valencia, solía decir que de los Juegos Olímpicos lo único que le molestaba eran los madrugones que le obligaban a dar los atletas españoles. En efecto, salvo alguna excepción, los competidores españoles eran absolutamente matinales. Actuaban en las pruebas de clasificación, quedaban eliminados, y, naturalmente, por la tarde no actuaba ninguno.En Moscú, afortunadamente, la costumbre se ha empezado a romper. Esta vez los vallistas han sido atletas de tarde. Esta vez, un saltador de longitud ha podido comparecer en la hora de los distinguidos. Esta vez, también, los de series vespertinas han conseguido mantenerse más de una jornada en competición. Los periodistas españoles en Moscú han sido felices. No se han tenido que limitar a hablar de los extraños.
En los presentes Juegos, además, por una serie de circunstancias, se ha producido el hecho singular de que en la segunda semana han quedado competidores en las rondas finales, cosa que tampoco sucedía. En otros Juegos los equipos españoles se quedaban para disputar, plazas finales. Ahora aspiran a las mejores.
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