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Honrosa derrota ante Yugoslavia

España sufrió una derrota más que honrosa ante la selección yugoslava, que, de las inscritas Fiara Moscú, es la única que puede alzarse con el triunfo final. Los yugoslavos, medalla de plata en Montreal, mantienen el equipo básico ya conocido y no han perdido ninguna de sus virtudes. Sin embargo, España ayer no solamente estuvo a punto de ganar, sino que hubo momentos en los que dominó en el contraataque y se impuso en el marcador, con ventajas tan sustanciales. como 21-11 o 50-43.El equipo español mientras tuvo a Sibilio en juego le plantó para ventajosamente a Yugoslavia. El pivot barcelonista estuvo tan inspirado como en días anteriores bajo la canasta contraria y defendió admirablemente. No puede decirse lo mismo de De la Cruz, quien no solamente falló encestes, sino que además hizo entregas lamentables al contrario, que permitieron escapadas mortales.

En el primer tiempo, Yugoslavia fue por detrás hasta el empate a 29, y cuando parecía que tomaba la delantera tras el 39-41, España reaccionó y a base de rápidos contraataques pudo terminar con 50-45 a su favor.

En la continuación, Corbalán, que arrastraba cuatro personales desde el primer tiempo, tuvo que ser sustituido y ello se notó en la dirección del conjunto. No obstante, tras un pequeño bache en el inicio, en el que Yugoslavia consiguió igualar el marcador a 58, España volvió a hacerse con el mando. Eliminado Radovanovic, Yugoslavia comenzó a lanzar desde fuera de la zona y de esta manera niveló el encuentro. Con empate a setenta tuvo que salir de la cancha Sibilio, por una quinta personal totalmente injusta. Le sustituyó Romay, que en algunos momentos realizó tapones muy acertados, pero que ante la canasta contraria no pudo tener la misma efectividad que el dominicano. Con 83-84 tuvo que salir De la Cruz, y Santillana no ayudó más que el barcelonista a resolver la papeleta.

La pérdida de Sibilio fue fundamental. Con su marcha se perdió eficacia en el enceste y en el rebote. A menos de dos minutos del final entraron en juego Iturriaga, Llorente y Flores, por Brabender, Epi y Corbalán, pero esta decisión heroica de Díaz Miguel no sirvió para lograr el objetivo deseado que tan a mano se tuvo.

Al final del encuentro, Díaz Miguel se quejaba de la actitud de los árbitros, que consintieron durante gran parte del tiempo que los yugoslavos retuvieran el balón tras los encestes. Estimaba Díaz Miguel que de no haber ocurrido tal cosa, de la cual había advertido previamente al árbitro británico señor Turner, España, en su veloz contraataque, hubiera podido conseguir entre diez y catorce puntos más.

España pasará a la ronda siguiente con un partido perdido, pero de actuar tal y como lo hizo anoche probablemente no se conformará con el sexto puesto.

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