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El proyecto de programa electoral acentúa la división en el Partido Laborista

La publicación de un borrador de manifiesto electoral por la ejecutiva nacional del Partido Laborista, dominada por la izquierda, ha puesto en evidencia no sólo la división entre las tendencias socialistas y socialdemócratas del laborismo, sino prácticamente la existencia de dos partidos distintos con el mismo nombre.

Porque cualquier parecido entre los principios contenidos en ese borrador, elaborado principalmente por el diputado y ex ministro laborista de Energía Tony Benn, y los sustentados por el actual líder del partido, James Callaghan, el gabinete en la sombra y el «partido parlamentario», es pura coincidencia.La publicación en sí ha colocado en entredicho la autoridad de la jefatura del partido, que la había calificado previamente de «anticonstitucional», por considerarlo sólo un documento de trabajo, y que había prohibido la celebración de una conferencia de prensa, en la que Benn y sus partidarios iban a realizar un lanzamiento del documento. El borrador del manifiesto, que será uno de los papeles de trabajo que discuta el congreso anual laborista el próximo otoño, constituye el documento más radical producido por el laborismo británico desde las famosas confrontaciones de los años cincuenta entre Hugh Caitskell y Aneurin Bevan. Su filosofía está basada en el hecho de que a las políticas extremistas del Gobierno de derechas de la señora Thatcher hay que oponer una política igualmente extremista de izquierda.

Su dogma principal es el restablecimiento del pleno empleo a través de gigantescas inversiones del dinero público en la industria y de un programa sin fin de nacionalizaciones y aumento de la propiedad pública.

Los puntos principales del borrador son los siguientes:

- Nacionalización por orden ministerial de las principales compañías farmacéuticas, de equipo médico, de microelectrónica, construcción, banca, seguros y de transporte por carretera. -Renacionalización, sin compensación, de las compañías privatizadas por los conservadores.

- Facultad del Gobierno de promulgar directrices de producción a la industria privada y representación laboral al 50% en los consejos de administración de las grandes compañías.

- Adquisición, por parte del Gobierno, de la mayoría de las acciones de las compañías que esperan el petróleo del mar del Norte, en la actualidad en manos privadas.

- Abolición de la Cámara de los Lores, de las listas nobiliarias anuales y del «grupo especial» de Scottland Yard.

- Reforma de la Comunidad Económica Europea por medio de la utilización del veto o la negativa a pagar la contribución presupuestaria. El documentos no contempla la retirada de la Comunidad y se limita a señalar que si no se consiguen cambios sustanciales en ,la estructura, la permanencia de Gran Bretaña será reconsiderada.

- Negativa al establecimiento de los proyectiles Cruise en suelo británico y la no sustitución de los actuales Polaris por una nueva generación de proyectiles dirigidos. Reducción en el presupuesto de defensa.

- Supresión de todo pago en los servicios de la Seguridad Social y facilitación al máximo del aborto.

- Redistribución de los ingresos por publicidad de los periódicos «para promover una libertad de expresión efectiva».

A la vista del contenido del documento, se pone de manifiesto la importancia de la lucha interna del laborismo sobre quién debe tener en sus manos la redacción del próximo manifiesto electoral del partido, el comité ejecutivo propone que sean sus miembros los que redacten la plataforma y que el congreso anual lo apruebe o desapruebe.

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