Felipe González invita a los militantes del PSOE a ocuparse más de los problemas externos al partido

Los socialistas han de trabajar activamente para que «todo el país tome conciencia de que el Gobierno Suárez no tiene credibilidad ni soluciones a los graves problemas por los que atraviesa España», afirmó ayer el secretario general del PSOE, Felipe González, en un discurso a los secretarios generales y de organización de las distintas federaciones del PSOE, reunidos en Madrid. Estos cuadros del partido socialista son los responsables directos de la vida interna del PSOE y, por tanto, de las actividades de la militancia.La invitación de Felipe González a ocuparse, ante todo, de los problemas externos y de la oposición al Gobierno, se ha producido veinticuatro horas después de la clausura del conflictivo congreso de los socialistas catalanes, y en un momento en el que vuelven a producirse síntomas de inquietud en algunas federaciones del PSOE.

El secretario general afirmó, en el curso de su intervención, que la moción de censura al Gobierno presentada por su partido el pasado mes de mayo «ha sido, sin duda alguna, el hecho central de la vida política española en este año», y agregó a continuación que la citada moción ha tenido un doble efecto: por una parte, marcar con claridad una línea de oposición «rigurosa y coherente», y, por otra, «abrir una expectativa al país de alternativa al Gobierno Suárez». Asimismo, se refirió a la estrategia sindical de UGT, que calificó de «acertada».

Finalizada la intervención de Felipe González, la reunión prosiguió bajo la presidencia de Carmen García Bloise, secretaria federal de organización. Durante la sesión, celebrada a puerta cerrada, se reiteró la necesidad de crear en el seno del partido un ambiente solidario, que permita una mayor y mejor convivencia, «fundamental para propiciar una acción dirigida a la sociedad», según declaró un portavoz del PSOE.

Hubo un prolongado debate en torno a la coordinación entre parlamentarios y miembros de la estructura del partido, que se saldó con la conclusión de que «hay que compaginar la actividad parlamentaria con la presión social».