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PAIS VASCO

Violentos enfrentamientos durante la manifestación de apoyo al Gobierno vasco

La manifestación convocada por el PNV en apoyo del Gobierno y Parlamento vascos se desarrolló en un clima de gran tensión, debido a los enfrentamientos entre el servicio de orden del PNV y grupos de manifestantes que trataban de boicotear el acto nacionalista. Estos últimos, a su vez, habían intentado concentrarse en apoyo a los métodos de los trabajadores de Nervacero -quienes habían irrumpido recientemente en la sede del Parlamento vasco-, sin que pudieran llevar a cabo su propósito por impedirselo la Policía Nacional. Varías personas resultaron heridas en el transcurso de los incidentes, que se prolongaron por espacio de dos horas en distintos lugares de Bilbao.

Las cifras de participantes en el acto peneuvista varían según las fuentes: la Policía Municipal dio la cifra de 20.000 personas; el gobierno civil la aumentó a 30.000, y los organizadores, a 70.000. Durante el acto fueron agredidos tres informadores gráficos, entre ellos uno de este diario.La manifestación, convocada por el PNV con el lema En apoyo a Carlos Garaikoetxea, al Gobierno y Parlamento vascos, había suscitado con anterioridad el temor a incidentes derivados de la posibilidad de encuentro con los participantes en la concentración en apoyo a los trabajadores de Nervacero, que estaba prevista inedia hora antes del inicio de la movílízacíón peneuvista.

Cuando faltaban unos minutos liara las 17.30, se encontraba a mitad de la avenida de Sabino Arana la cabeza de la manifestación del PNV. Tras una pancarta con el lema Apoyemos las instituciones vascas, figuraba una amplia representación de la dirección del partido, con Xabier Arzallus al frente, inmediatamente detrás se situaba el viejo lendakari. Jesús María de Leizaola, y a continuación, parlamentarios diputados y alcaldes del partido.

En ese momento -las 17.30- llegaba a los encargados de la seguridad de la manifestación (ertzainas) la noticia e que la concentración en apoyo de «los métodos de los trabajadores de Nervacero» había sido abortada, antes de consumarse, por efectivos de la Policía Nacional, apoyados con material antidisturbios y tanquetas. El hecho produjo nervíosismo y preocupación en el cuerpo de ertzainas -servicio de orden del PNV- compuesto en esta ocasión excepcionalmente por cerca de 2.000 personas, muchas de las -cuales -como reconocería posteriormente la dirección del partido-, por apremio del reclutamiento, carecían de experiencla para el trabajo encomendado, lo que provocó después no poca dificultades en el mantenimiento del orden y la agresión a varios profesionales de la información.

Minutos antes de las cinco de la tarde varios cientos de personas concentradas en el paseo del Arenal fueron dispersadas por efectivos de las fuerzas de orden público, que utilizaron pelotas de goma y botes de humo. La con centración contaba con el apoyo de la asamblea de delegados de Vizcaya, asociaciones de vecinos, gestoras pro amnistía y comités antinueleares de barrio, los partidos PTE, Movimiento Comunista de Euskadi y Partido Revolucionario de los Trabajadores Vascos (LAIA) y los sindicatos SU, CSUT y LAB.

Dirigientes cualificados de Herri Batasuna que se encontraban presentes, como Telesforo Monzón, Francisco Letamendía, Jon Idígoras. Miguel Castells y Josu Aizpurúa, tuvieron que protegerse en un establecimiento público ante la acción policial.

La ruptura de la concentración provocó que grupos de manifestantes, poco numerosos casi siempre, trataran de efectuar saltos en distintos puntos por los que iba a discurrir la manifestación peneuvista, que precisamente ante estas noticias modificó varias veces el itinerario previsto.

La manifestación peneuvista hizo un primer cambio de itinerario nada más iniciarse. En la avenida de Sabino Arana, un grupo de contra manifestantes cruzó e intentó volcar un autobús en la calzada. En este lugar se produjo el primer enfrentamiento dialéctico y físico entre éstos y ertzainas de paisano. Mediaron insultos, pedradas y puñetazos. Este hecho movió a los organizadores a desviar el recorrido por la calle de la Alameda de Urquijo.

Justamente en la entrada de la misma se habían situado varias furgonetas de la Policía Nacional. Dos representantes del cuerpo de seguridad del PNV se dirigieron a sus mandos para pedirles que se alejaran del itinerario de la manifestación.

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Desconcierto de los manifestantes del PNV ante las violentas críticas de los boicoteadores del acto

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Las fuerzas del orden disponían de un fuerte dispositivo de seguridad en todas las calles paralelas y en lo alrededores de la diputación, donde el acto del PNV debería concluir.

A mitad de la calle Alameda de Urquijo, se produjeron los primeros enfrentamientos verbales. Grupos reducidos de contramanifestantes situados en la plaza de Indauchu y en la calle de Ercílla increparon a la cabeza de la manifestación, donde se situaba el grueso del cuerpo de ertzainas, con gritos de Fascistas, Fuera burguesía Gora ETA militar y Solidaridad con Nervacero. Estas situaciones, perfectamente soslayables, provocaron sin embargo reacciones inmediatas e incontroladas en algunos ertzainas que, en muchos casos con objetos contundentes, persiguieron y golpearon con dureza a los citados contramanifestantes.

Hechos de este tipo se repetirían en cada esquina de la calle. En un clima de desconcierto, el grueso de la manifestación se vio detenida con mucha frecuencia. Antes de que la cabeza llegara a la Gran Vía, donde termina la Alameda de Urquijo, un centenar de contramanirestantes se situó por delante con aparente asentimiento de los ertzainas. Este grupo gritaba consignas como Solidaridad con Nervacero, Amnistía, Autonomía, no, independencia, sí,- Burguesía fuera, y Gora ETA militar.

Cuando la cabeza mixta de la manifestación llegaba por la Gran Vía, a las proximidades de la diputación, efectivos de la Policía Nacional dispersaban con lanzamiento de pelotas de goma a un reducido grupo de contramanifestantes, que trataban de situarse frente al edificio foral. A partir de este inomento, el desconcierto, la tensión y la escalada de incidentes se convirtieron en nota dominante.

Frente al edificio de El Corte Inglés, un amplio grupo de contramanifestantes increparon intensamente a los peneuvistas. A los gritos de Vosotros, fascistas, sois los terroristas; Fuera burguesía; Sol¡daridad con Nervacero; Hala Madrid; PNV, UCD, las pistolas se os ven, y el lanzamiento posterior de rnonedas al grueso de la, manifestación, se produjeron diversos enfrentamientos físicos entre unos y otros.

La confusión provocada por los intentos desesperados de los ertzainas en dispersar a los contramanifestantes que se mezclaban ya con los participantes en el acto peneuvista fue en aumento, cuando la comitiva pasaba frente a la fachada y los aledaños de la Diputación de Vizcaya. Mientras los peneuvistas iban concentrándose en el lugar de forma masiva y Juan José Pujana, presidente del Parlaniento, y Carlos Garaikoetxea, presidente del Gobierno vasco, intentaban dirigirles la palabra para concluir el acto, se produjo un niultitudinario intercambio de frases. Mientras los contramanifestantes gritaban Solidaridad con Nervacero, Vosotros, fascistas sois los terroristas y ETA herri Zurekin (ETA el pueblo está contigo), el grueso de los asistentes peneuvistas trataban de acallarlos con la consigna Carlos, herri Zureki (Carlos, el pueblo está contigo), y canciones tradicionales nacionalistas vascas.

Pocos minutos antes de que Garaikoetxea y Pujana hicieran uso de la palabra, grupos de erizainas trataron de apartar de las proximidades del edificio foral a grupos de contramanifestarítes. De las palab ras e insultos se pasaron alos golpes y algunos ertzainas hicieron uso entonces de porras y objetos contundentes. En ese momento varios informadores gráficos -del diario El Correo Español-El Pueblo Vasco, Deia y EL PAIS-, que habían obtenido instantáneas de esa actuación, fueron rodeados, insultados, golpeados y despojados en algún caso de su material por ertzainas de uniforme y de paisano.

Confusión

En ese clima de confus;ón intercambio de golpes en diferentes puntos y con la Policía Nacional expectante en las calles cercanas, Juan José Pujana y Carlos Garaikoetxea apenas si se hicieron oír. Sus intervenciones fueron permanentemente interrumpidas por gritos de los contramanifestantes.

Juan José Pujaría, presidente del Parlamento vasco, afirmó en su intervención que el acto celebrado ayer «en favor de las instituciones es un raso hacia la libertad», para referirse más adelante a la necesidad de mantener la esperanza en el futuro del pueblo vasco.

Carlos Garaikoetxea, presidente del Gobierno vasco, realizó su parlamento en castellano y euskera para agradecer la presencia de los participantes y afirmar que «trabajaremos con todas nuestras fuerzas en favor de una patria libre. Pero no vamos a dejar que nos amedrenten y atenten contra nuestras instituciones».

Más adelante, el lendakari se refirió a la acción de ocupación de¡ Parlamento el pasado día 26. «Sois capaces de mostrar vuestra voluntad sin enfrentaros a quienes orgarnizan otros actos. Sois pueblo», continuó, «y tan trabajador como el que más e incluso aún más».

Carlos Garaikoetxea. al hacer mención a la declaración del Gobierno vasco de oposición rotunda al pago del impuesto revolucionario, afirmó que «la libertad en Euskadi no sólo consiste en crear una estructura nacional ni en crear hombres libres si dentro de nuestro país seguimos esclavizados por el terror y por el chantaje, así nunca seremos libres.

Asimismo, añadió: «Sentimos especialmente la violencia que pueda salir de este país lanzada contra gente amiga nuestra, a quien queremos y a quien en modo alguno deseamos ver inmersa en esta plaga que nos afecta a nosotros», frase que fue acogida con grandes aplausos.

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