El control de los vehículos de carga y descarga se hará mediante revisiones periódicas
Los 20.000 vehículos de reparto de mercancías, transporte escolar y discrecional de viajeros habrán de pasar anualmente una revisión, tras la cual el ayuntamiento dará a sus propietarios un permiso para que puedan dedicarse a su actividad dentro de la capital.
Esta revisión irá precedida de la realización de un censo y de la retirada del servicio de aquellos vehículos que superen una edad tope. Asimismo, y tras la aplicación del bando de botellería ya anunciado, los técnicos municipales estudiarán la instalación de paradas para el transporte escolar, la creación de dos centrales de distribución de carga desde donde se repartirán las mercancías venidas de fuera de la capital, y la construcción de nuevas estaciones terminales de líneas de viajeros al estilo de la estación Sur de autobuses.El ayuntamiento está dispuesto, según parece, a regular la carga y descarga en la capital, tema en el que ha existido hasta ahora una total desorganización, a pesar de existir un bando municipal. Como primera medida, la semana pasada fue hecho público el anteproyecto de bando sobre carga y descarga de botellería que divide la capital en dos zonas, este y oeste, separadas por el paseo del Prado y la Castellana. Los horarios fijados por la delegación de Circulación y Transportes prohibén la carga y descarga de dos a ocho de la tarde. Por días, los lunes y miércoles estará permitida esta actividad en la zona este, y los martes y jueves en la zona oeste. Los viernes podrán circular los vehículos de reparto en ambas zonas entre las doce de la noche y doce de mediodía.
Esta primera medida ya ha sido contestada por la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), que propone que el horario se amplíe hasta las cuatro de la tarde para evitar cambio de jornada y costes laborales; que se permita efectuar la carga y descarga de bebidas los sábados y domingos, así como en verano, ya que hay menos circulación, y que se inviertan los días permitidos a las zonas, ya que es la zona oeste, según CEIM, la de consumo más elevado de bebidas durante el fin de semana. Por último, pide que el ayuntamiento haga respetar con especial rigor las zonas de carga y descarga.
Ordenanza sobre transporte
El bando de botellería no es, sin embargo, más que el principio de una política que la delegación de Circulación parece haber comenzado, y cuyo primer objetivo será la creación de una ordenanza del transporte de mercancías en Madrid. En ésta se recogerá la exigencia de que todos los vehículos dedicados a esta actividad pasen, igual que los de transporte escolar y discreccional de viajeros, una revisión. Las características de ésta aún están por determinar, pero será más completa que la que actualmente pasa la delegación provincial de Industria, organismo con el que se espera llegar a un acuerdo ya que cuenta con instalaciones y técnicos de los que carece el ayuntamiento. Para obtener el permiso municipal necesario para circular por la capital durante un año, los vehículos tendrán que pasar unas pruebas que no sólo afectarán al estado del motor o de la carrocería, sino que estarán determinadas también por su antigüedad; asimismo, pasarán, en instalaciones municipales, mediciones de contaminación.Previamente, y por primera vez, se intentará hacer un censo de vehículos y sus características, lo que hará necesario el uso de un ordenador. Aunque hasta ahora no está determinado, la ordenanza que se redacte contemplará, probablemente la obligación por parte de los industriales del sector a renovar aquella flota que supere una edad límite en un plazo de tiempo establecido. «Es ilógico que la EMT venda unos vehículos porque no sirven para llevar viajeros y sean comprados para llevar a niños», manifestaron fuentes municipales. La falta de control de los vehículos de este tipo que circulan por Madrid, que no dependen del Ministerio de Transportes, al no salir a carreteras, ni del ayuntamiento, impide determinar no sólo cuántos tienen más de diez años de antigüedad, sino cuántos hay en total, aunque se supone una cifra que oscila entre los 17.000 y los 20.000.
Al mismo tiempo que se revisa la flota de vehículos dedicados a carga o a transporte, el ayuntamiento quiere que esta flota, no suponga, como ocurre en la actualidad, un deterioro de la circulación. Para ello, además del bando de botellería se quiere poner paradas fijas a los vehículos de transporte escolar, de las que, posiblemente, quedarán exceptuados aquellos autobuses que trasladen niños en edad preescolar.
Con respecto a las líneas discreccionales de viajeros se quieren resucitar los proyectos municipales de estaciones de autobuses del tipo de la estación Sur.
La delegación de Circulación intentará, asimismo, acometer, en unión de la delegación de Abastos y Mercados y el Ministerio de Transportes, la creación de uno o dos centros de distribución de carga, cuya ubicación puede decidirse cerca de Mercamadrid y en tre los barrios de Fuencarral y Hortaleza.
Estos centros permitirán a los vehículos procedentes de la zona norte y sur depositar su carga en unos muelles acondicionados desde donde otros vehículos más pequeños, que contarán con su correspondiente permiso municipal, distribuirán la carga por la capital.
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