El Partido Liberal Democrático japonés obtiene una holgada mayoría

Japón optó claramente por la continuidad en las elecciones legislativas del domingo. Después de un cuarto de siglo de gestión gubernamental conservadora, el Partido Liberal Democrático obtuvo en las urnas una aplastante victoria que le permite entrar con paso firme en la década de los ochenta, pese a la falta de un líder, tras la muerte de Ohira, y a las rivalidades internas que le dividen.

Los resultados, ya prácticamente definitivos, de las elecciones para la Cámara de Representantes indican que el partido gubernamental ha obtenido 284 escaños, veintiséis más de los que tenía en la anterior legislatura, lo que le sitúa en una postura cómoda para gobernar, en una Cámara compuesta por 511 diputados y en la que no le faltan los apoyos de otros grupos.Todas las encuestas de opinión pronosticaban una victoria al Partido Liberal Democrático, pero todas se quedaron cortas en la extensión de la misma. Los que menos acertaron fueron los meteorólogos, que habían anunciado lluvias que luego no se produjeron más que en zonas aisladas del país. Ello supuso una mayor afluencia de votantes, que superó de cualquier modo también todas las previsiones y que se estima cercana al 74%, es decir, 63 millones de personas participaron en la consulta electoral. Aparte de un ejemplo de civismo desconocido en Occidente, la masiva afluencia supone un enorme respaldo para el partido en el poder.

Como se esperaba igualmente, los socialistas, principal grupo de la oposición, no hicieron ningún avance y se las vieron y se las desearon para mantener sus 107 diputados en la Cámara Baja de la Dieta Nacional o Parlamento. El Partido comunista, que había registrado un ascenso importante en las elecciones del pasado mes de octubre, sufrió en esta ocasión un serio revés y sus diputados bajaron de 39 a sólo 29.

Peor parado aún salió el Komeito, o partido para un Gobierno limpio (neobudista), tercera fuerza política japonesa, por lo menos hasta ahora, que cayó sorprendentemente en picado desde sus 52 escaños anteriores a los 33 obtenidos el domingo. Los socialdemócratas registraron un ligero descenso, y otro partido conservador, el Nuevo Club Liberal, que se escindió del partido gubernamental en 1976, ganó una baza importante, al multiplicar por tres (de cuatro a doce) el número de sus representantes en la Cámara Baja de la Dieta.

La continuidad del Partido Liberal Democrático en el poder asegura una política fuertemente prooccidental de Japón, y el mantenimiento de la alianza con Estados Unidos, así como quizá un progresivo desplazamiento del país hacia posiciones más activas en la defensa del Pacífico y de Extremo Oriente, aunque ello dependerá de quién sea el nuevo primer ministro.

La repentina muerte, el pasado día 12, de Masayoshi Ohira, ha jugado, sin duda, un papel muy importante en esta victoria arrolladora de los liberaldemócratas. Pero, como el buen tiempo, el voto de simpatía ha sido un factor más del triunfo, y no el único. En la breve campaña electoral no se han discutido a fondo problemas como la defensa nacional, la inflación, la cuestión energética o la corrupción gubernamental, ni el público se ha interesado por ellos. Las emociones y las simpatías populares han prevalecido sobre los problemas electorales.

Escasa oferta de la oposición

Por otra parte, la oposición, dividida y enfrentada entre sí, no ha ofrecido a los votantes una alternativa mínimamente válida.Además, como explicaba ayer en el Club de Prensa Extranjera de Tokio un conocido comentarista político japonés, no debe olvidarse que en tiempos de crisis económica, de tensión internacional y, en suma, de inseguridad, los electores se vuelven tradicionalmente hacia los partidos conservadores. Más aún en este caso, cuando los conservadores son lo «malo conocido» y llevan veinticinco años en el poder.

Los resultados del domingo pueden catalogarse como altamente conservadores, y el conservadurismo ha llegado al extremo de que políticos sospechosos de haber sido sobornados en el caso Lockheed, que están procesados por ese presunto delito, hayan sido reelegidos. Tal fue el caso del ex primer ministro, Kekuei Tanaka, y del viceministro de Transportes, Takayuki Sato.

Naturalmente, fueron reelegidos también los dos ex primeros ministros que dirigen facciones del partido: Takeo Miki y Takeo Fukuda. Y lo fueron asimismo los tres candidatos a la iefatura del partido y del Gobierno: Nakasone, Komotos y Miyazawa.

Apenas contados los votos y anunciado el triunfo del Partido Liberal Democrático, ha comenzado ya la batalla por la sucesión de Ohira. Una sesión especial de La Dicta será convocada para el próximo día 16 de julio, en la que se elegirá primer ministro al candidato presentado Por el partido mayoritario. No se sabe aún sí las familias políticas del partido optarán por nombrar un premier provisional y aplazar la lucha hasta el congreso de finales de año, o si la cosa se precipitará y se elegirá a un jefe definitivo del partido antes del 16 de julio.

Las elecciones transcurrieron sin incidentes y se celebraron simultáneamente con las de la Cámara de Consejeros o Cámara Alta de La Dieta, que se renovó en un 50%. Los resultados de estos comicios se conocerán hoy, pero el liberaldemócrata lleva una amplia ventaja y tiene asegurada la mayoría en la Cámara Alta.

El triunfo del partido gubernamental ha sido de tales proporciones, que le permite recuperar todos los desgastes sufridos. en la última década. Si se tiene en cuenta que el Nuevo Club Liberal, con sus doce diputados, tiene una línea casi idéntica y que entre los nueve diputados independientes la mitad de ellos, cuando menos, son conservadores, que votan con el Partido Liberal Democrático, es fácil ver que éste puede contar con más de 300 votos en una Cámara de 511, algo que no ocurría desde finales de los años sesenta, cuando la devolución por Estados Unidos de la isla de Okinawa dio un auge de ese orden al partido en el poder.