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Todos los edificios con más de ocho plantas tendrán que aplicar la ordenanza antiincendios

Todos los edificios madrileños con más de ocho plantas deberán ser dotados por sus propietarios de todas las medidas de seguridad que se exigen en la ordenanza municipal contra incendios de 1976, aunque hayan sido construidos con anterioridad a esta fecha.

Esta medida fue anunciada ayer en una conferencia informativa por José Barrionuevo, quien dijo que está en estudio la elaboración de normas adicionales a la ordenanza contra incendios. «La ordenanza de 1976 no tiene carácter retroactivo para los edificios construidos con posterioridad a esa fecha. Por eso no había fuerza legal para obligar a la instalación de escaleras de salida o extintores apagafuegos, que son las modificaciones fundamentales a las que se les obliga».El tercer teniente de alcalde agregó que estas medidas no van a afectar fundamentalmente a las construcciones posteriores a esa fecha, porque a no ser que hayan realizado modificaciones en los edificios deben estar de acuerdo a la ordenanza. No obstante, la delegación de Policía Municipal y Seguridad realiza estos días un inventario de todos los edificios que están incumpliendo la ordenanza.

Los plazos previstos por el ayuntamiento para la aplicación de las normas a todos los edificios altos serán recogidos en los añadidos a la ordenanza: dos años para hoteles y edificios de carácter comercial, tres para los centros públicos y cinco para las viviendas.

En caso de que pasados estos plazos las obras no hayan sido realizadas, el ayuntamiento ejercerá la acción sustitutoria y sancionará fuertemente a los propietarios, aunque la cantidad aún está por determinar.

Las modificaciones que supuso en su día la mencionada ordenanza son básicamente las siguientes: fijar por persona el espacio que debe haber en industrias, hoteles o establecimientos públicos, prohibición de fumar en almacenes, señalización de todos los accesos a rampas de garaje y salidas de urgencia, colocación de apagafuegos en un número que depende de la extensión del local, escalerillas de salida de emergencia situadas en determinados lugares y determinación de los materiales que deben emplearse tanto en construcción como en decoración.

Especialmente los últimos puntos son los que más pueden afectar a los locales de espectáculos madrileños y, concretamente, a,los teatros, ya que su construcción, generalmente antigua, presenta a veces dificultades de acondicionamiento. No obstante, José Barrionuevo aseguró ayer que la corporación está decidida a obligar a todos los propietarios, ya que «la seguridad de los ciudadanos pesa más que las dificultades que puedan suponer las modificaciones que tendrán que afrontar».

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El carácter no retroactivo de la ordenanza ha sido hasta ahora la principal dificultad con que se enfrentaba el ayuntamiento a la hora de conseguir unos niveles de seguridad aceptables en los edificios altos.

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