El PNV se pronuncia contra la práctica del "impuesto revolucionario"
El consejo nacional del PNV ha hecho público un comunicado en el que se pronuncia claramente contra la práctica del llamado «impuesto revolucionario» y valora la actitud de las personas que se han negado a pagarlo, con especial referencia al caso del industrial Juan Alcorta
«El procedimiento de extorsión al que están siendo sometidas numerosas personas en Euskadi», dice la nota, «es totalmente contrario a la justicia y a los verdaderos intereses de Euskadi».Recuerda asimismo el consejo nacional del PNV que en el último pleno celebrado en Pamplona, el mismo organismo había acordado ya formalmente oponerse «con todas las fuerzas a su alcance contra tales procedimientos, basados en la demagogia y la amenaza de muerte».
También «valora la firmeza de todas aquellas personas, de muchas de las cuales tiene conocimiento directo, que no han cedido ante la extorsión, desde que tal procedimiento se ha puesto en práctica», y particularmente reconoce la valentía de Juan Alcorta, «que además ha hecho pública manifestación de no ceder ni ante la demagogia ni ante la amenaza».
Por otra parte, el diario francés Sud-ouest revelaba días pasados que el impuesto revolucionario exigido por ETAm al empresario Juan Alcorta se elevaba a veinte millones de pesetas. El propio periódico señalaba en la misma información, recogida por agencias de prensa, que en lo que va de año ETA ha obtenido por este procedimiento un total de ochocientos millones de pesetas.
A su vez, la Confederación de Empresarios de Vizcaya ha hecho pública una nota de adhesión a Juan Alcorta. En ella se dice que la postura de Alcorta merece los calificativos de «valiente, ejemplar, lógica y coherente» con la personalidad auténtica que durante siglos ha caracterizado al pueblo vasco. «Nuestro apoyo al gesto de Juan Alcorta», añaden, «cuya carta suscribimos con el mismo entusiasmo de servir a la sociedad, desde los nada fáciles puestos que nos han correspondido asumir».
Juan Alcorta cuenta con 58 años y es padre de siete hijos. En 1955 creó la empresa de aceites Koipe, de la que fue primer gerente. En 1959 puso en marcha la empresa Savin, que fue inaugurada en 1961.
