El Betis fue eliminado por un triste Real Madrid que se clasificó para las semifinales de la Copa
El Madrid se clasificó para las semifinales de la Copa, tras sufrir lo indecible. Su ventaja del partido de ida (que había ganado por 2- 1) sólo le duró cuatro minutos; consiguió empatar a la media hora de juego con un tanto afortunado, pero en la segunda parte, que jugó casi íntegra contra diez béticos, por expulsión de Peruena, dejó una triste impresión de impotencia. Esnaola, portero del Betis, jugó la última media hora del partido varios metros fuera de su área, cumpliendo auténtica función de libero. Rara vez pisó su área en esa última media hora. Comenzó bien el Betis, con un fútbol alegre que ponía a prueba la inseguridad defensiva del Madrid, que parece haber perdido confianza en sí mismo y que acusa mucho sus bajas en la línea defensiva. Benítez, teórico extremo izquierdo, se salía de esa posición para abrir pasillos a Gordillo, que forzaba a Roberto a bajar tras él y a convertirse en un defensa. En la otra banda, Morán acreditaba un excelente momento de juego y hacía pasar graves apuros a Camacho. Cardeñosa movía bien el balón en la media, López le apoyaba con genio y buen sentido y Ortega cubría las espaldas a sus compañeros de línea. El Madrid se vio incómodo desde los primeros minutos, las combinaciones rápidas del Betis descolocaban a algunos de sus jugadores y no fue extraño que a los cuatro minutos ya hubiera encajado el primer gol, que dejaba la eliminatoria igualada.
Fue el aplomo de Pirri y el buen sentido de Del Bosque lo que permitió al Madrid desahogarse un poco de la presión que sufría. Pirri salía de cuando en cuando hacia el ataque, buscando siempre algún claro en el sistema posicional del Betis, y Del Bosque movía el balón con parsimonia cuando le llegaba. Angel y Stielike ponían su empuje en acciones de ataque que iban más que nada encaminadas a alejar el balón de su área y sobre todo, de, los inspirados atacantes béticos. Aunque Juanito fue esta vez un jugador prácticamente nulo, Santillana anduvo perdido mientras permaneció en el campo y Roberto se desgastá en el marcaje a Gordillo, el Madrid consiguió sacudirse algo la presión del Betis y obligarle, cuando menos, a jugar por todo el campo. Tuvo, además, la suerte de marcar un gol en jugada rápida y de casual precisión a la media hora de juego, lo que le ponía otra vez en ventaja.
El Betis consiguió reaccionar en los últimos minutos del primer tiempo. Por pura fuerza y empuje dominó otra vez al Madrid y lo encerró en su área, y le hizo pasar angustias hasta que se llegó al descanso. Muy poco antes de éste, un disparo de Morán al palo, tras jugada en que el extremo bético burló a toda la defensa madrileña, estuvo a punto de poner de nuevo en ventaja a los andaluces: Hugo Cabezas recogió el rechace y remató incomprensiblemente fuera.
A los cinco minutos de la continuación Peruena fue expulsado por una estúpida agresión a Roberto. Con diez hombres, el Betis puso completamente al descubierto las flaquezas del Madrid, que ha perdido completamente las fuerzas en estos finales de la temporada. Tan abrumador fue el dominio del Betis que Esnaola jugó casi toda esta segunda parte diez y hasta veinte metros fuera de su área, recogiendo los rechaces que le llegaban y jugándolos tranquilamente con el pie para hacer llegar el balón a un compañero. En el Madrid nadie tenía fuerza para un sprint de más de diez metros ni un pase largo de más de veinte, pero supo amontonar sus jugadores atrás y cerrar las acometidas del Betis. Todo el segundo tiempo se consumió con una insistente, pero poco inspirada, presión del Betis, y un apasionamiento del público, que pagaba con Guruceta la poca fortuna de su equipo, incapaz de marcar el gol a pesar de que enfrente tenía un equipo insólitamente débil. Pero el partido se consumió sin excesivo trabajo para García Remón, que con unas pocas salidas por alto neutralizó toda la ofensiva del Betis. A diez minutos del final Roberto zancadilleó a Gordillo en el área, pero Guruceta no pitó. Su fallo sirvió como consuelo a la hinchada del Betis, que le cargó las culpas de la eliminación de su equipo, pero lo cierto es que este fue su único error importante. De haber contado con once hombres, sin duda el Betis hubiera conseguido marcar en el segundo tiempo, pero de la expulsión de Peruena el único culpable fue el propio expulsado.
Al finalizar el partido, el presidente del Belis anunció a los medios informativos, a través de una nota oficial que el club bético recusaba al árbitro del encuentro, el colegiado guipuzcoano Guruceta, que ahora reside en Elche, donde se dedica a la fabricación de calzado deportivo. La marca de este calzado lleva precisamente el nombre de Guruceta.
El presidente del Betis, además, declaró después del partido que, antes de que éste se disputara, el club bético intentó conseguir el cambio del colegiado designado para dirigir el encuentro de ayer. Las gestiones no pudieron concluírse con resultado positivo para el Betis, a cuyos representantes se les indicó que no se podía realizar el cambio por estar ya anunciada la designación de forma oficial.
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