Buena operación financiera
La Federación Española de Baloncesto ha firmado un contrato de publicidad para las selecciones nacionales masculina y femenina. La fórmula inventada por Saporta para el basket tendrá que ser, en un futuro próximo, el modelo para otra serie de equipos nacionales. Un pequeño anagrama en el uniforme permitirá a la Federación pagar primas a los jugadores y compensar a aquellos equipos que ceden a los internacionales para todo tipo de competiciones.Los deportes minoritarios, y por ende deficitarios, no tienen otro recurso para sobrevivir que agarrarse al clavo ardiendo de la publicidad. En los deportes profesionales las razones son más evidentes todavía porque los déficit acumulados en los últimos años alcanzan cifras de locura. Incomprensiblemente, la Federación de Fútbol ha puesto trabas al tema y algunos clubes muestran un extraño pudor ante el tema que, no obstante, no les impide montar bingos con su nombre.
Hasta hace muy pocos años, el Comité Olímpico Internacional se ponía de manos y anatematizaba a los herejes. Las descalificaciones por cuestiones publicitarias no tendrían ya sentido porque cualquier participante en los Juegos Olímpicos, en el momento del juramento, está participando en la mayor mentira colectiva del mundo del deporte. Salvo alguna excepción, los atletas olímpicos vulneran cada año la antigualla reglamentaria del olimpismo en numerosas ocasiones.
El ejemplo del baloncesto tendrá que cundir. El deporte debe habituarse a buscar recursos distintos a los tradicionales que deben ser destinados a la promoción del deporte de base.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.