Plaza, descalificado
José Plaza tuvo hace unos años el bonito gesto de dimitir ante la injusticia de un Comité de Competición que no supo valorar un grave error de Guru ceta en Barcelona. José Plaza retornó a la presi dencia del Comité Nacional de Arbitros con au reola de hombre sensato y capaz de poner orden en el complicado mundo arbitral. En los dos último años ha perdido totalmente los papeles. Plaza como tantos otros dirigentes deportivos españoles sobre los que se depositan grandes esperanzas, ha defraudado.El colectivo arbitral es un auténtico gallinero. Los conformistas se han agrupado en torno a su presidente, y quienes consideran que la organiza ción arbitral debe sufrir un cambio radical se han afiliado a la ANAFE, desde donde, si saben hace bien las cosas, encontrarán el sitio que les corresponde dentro del complejo mundo del fútbol.
José Plaza ha perdido ya la batalla en la ANAFE, como Porta perdió la de la AFE. La asociación de árbitros, aunque no haya tenido mucha suerte en sus principios, debido a la actuación en los terrenos de juego de algunos de sus dirigentes, es un intento de escapar de la manipulación de federación y clubes.
Plaza no ha comprendido el largo alcance que puede tener una asociación de árbitros independientes. Plaza podría haber sido el hombre que la creara y, por tanto, modificara sustancialmente la organización que preside, pero en última instancia se ha aferrado a unas posturas retro de las que es incapaz de salir. Y lo que es peor, se ha autodescaflficado por el simple hecho de negarse al diálogo. También está de sobra.
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