El PCE pide un "cambio real" de Gobierno y de política

La permanente del ejecutivo del Partido Comunista de España (PCE) manifestó ayer, en un comunicado hecho público tras la reunión que celebró, que la anunciada crisis de Gobierno debe desembocar en un verdadero cambio, no sólo en la composición del Ejecutivo, sino en su política, «dada la clara desautorización a la orientación derechista seguida hasta aquí».El comunicado del PCE, dedicado prácticamente en su totalidad al tema de la crisis gubernamental, indica que, a pesar de que se está hablando de ésta como de una simple remodelación, la opinión pública tiene conciencia de que el problema es más hondo y de que es necesario un cambio en profundidad.

Afirma el PCE que para el ciudadano de a pie es patente el deterioro de la situación política y económica, y cita como elementos de referencia los resultados del referéndum andaluz y las elecciones vascas y catalanas, así como las declaraciones de personalidades de la economía que «hablan de una situación de emergencia y hasta de guerra, y piden transparencia en la acción de gobierno».

A la vista de la situación, «la comisión permanente del PCE manifiesta que toda solución que no implique un cambio real de política, particularmente frente a los problemas autonómicos y la crisis económica, alejaría cada vez más al Gobierno de las realidades nacionales y sería dañosa para el proceso democrático».

Por otro lado, el PCE señala que Suárez trata de resolver la crisis «con combinaciones y secreteos, al margen de toda publicidad, del mismo modo que se abordaban estos problemas bajo el régimen anterior». Añade el comunicado que «parece también como si otras fuerzas políticas rehuyeran tomar sus responsabilidades en las soluciones que el país está necesitando».

En opinión de la dirección comunista, lo lógico sería que las consultas de Suárez «no se circunscribieran exclusivamente a los barones de UCD, sino que se extendieran al conjunto de los partidos parlamentarios. Precisamente por hallarnos ante una crisis que no ha sido abierta oficialmente ni ante el Parlamento ni ante el Jefe del Estado -lo que hubiera propiciado que éste realizara personalmente las consultas-, una crisis no declarada, lo menos que el respeto a las instituciones parlamentarias hubiese exigido sería conocer la opinión de los partidos políticos».