Las estaciones privadas de televisión corren peligro en Italia
El Gobierno regional del'Lazio, al que pertenece Roma, tomó posición en favor de las emisoras privadas de televisión y pidió al Gobierno que no las someta a silencio, obligándolas a desmantelar las antenas del monte Cavo, la más alta de las colinas Albanas.
Casi medio centenar de emisoras privadas de radio y televisión se encuentran entre la espada y la pared después de que las autoridades militares de la segunda región aérea, con jurisdicción sobre el espacio aéreo del centro de Italia, se acogieran a una ley de hace más de un siglo para obligar a desmantelar las antenas situadas en la cima del monte Cavo, por razones de seguridad.
Al parecer, según las autoridades militares, las antenas del monte Cavo interfieren instalaciones electrónicas y comunicaciones de alto interés nacional.
Y en base a esas premisas, han logrado establecer un ultimátum a los propietarios de las antenas para que las retiren antes del día 23 de abril.
Los televidentes romanos, que gozan de la visión de más de una treintena de estaciones libres de televisión, corren el peligro de ver sólo niebla en sus pantallas después de esa fecha tope. Y esa contingencia ha creado un verdadero estado de polémica en la urbe romana, con ataques mutuos, acusaciones y juego de poder.
Los propietarios de las estaciones privadas de televisión, que sirven a su clientela dosis de cultura underground con erotismo incluido, mucho más allá de lo que proporciona la televisión oficial (RAI), dicen que no tienen ni ganas ni tiempo de encontrar una colina tan óptima para la difusión de las ondas como el monte Cavo.
Algunas de esas televisiones han empezado a difundir programas de protesta para captar la solidaridad de los televidentes.
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