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El congreso de UGT se pronuncia por un sindicalismo con presencia en todos los sectores

La ejecutiva elegida por el 32º congreso de la Unión General de Trabajadores, se reunió ayer para elaborar una circular interna en la que se recogerán las resoluciones adoptadas a lo largo de los cuatro días que ha permanecido reunido el congreso en Madrid. Nicolás Redondo, reelegido como secretario general, manifestó al término del congreso que el reto que la central tiene por delante consiste en hacer de UGT un sindicato con presencia en todos los sectores, incluidos los que se encuentran en crisis y los colectivos marginados, tales como los pensionistas, mujeres y jóvenes.

Con el canto de la Internacional, al igual que fuera entonado a la apertura del congreso, la reunión de las delegaciones ugetistas mantuvieron en Madrid durante la pasada semana, concluyó a media tarde del domingo, una vez que fuera elegida la nueva ejecutiva confederal.En el nuevo equipo de dirección han quedado fuera, de una parte, Manuel Garnacho, antiguo coordinador de las federaciones de industria y cabeza visible de una de las dos tendencias enfrentadas a propósito de la orientación ideológica de la central, y, de otra, alguno de los miembros identificados con la tendencia que representa el reelegido -aunque con escaso margen de votos-, José María Zufiaur, titular de la secretaría de relaciones sindicales.

Entre los antiguos miembros de la anterior ejecutiva sacrificados por la línea Zufiaur, figuran José María Romero, que ocupaba la secretaría de acción reivindicativa, y Elena Vázquez, que llevaba la secretaría de prensa. Estos dos últimos ex dirigentes ugetistas obtuvieron un elevado porcentaje de pronunciamientos a favor de los votos de censura presentados contra ellos, por lo que quedaron invalidados para su presentación en la lista que el domingo aprobó el congreso.

Manuel Garnacho, que durante todo el congreso se mostró más relajado que su oponente, José María Zufiaur, declaró tras conocerse la formación de la nueva ejecutiva que permanece «a la disposición del nuevo equipo en su conjunto». Sobre la nueva dirección aseguró que es un equipo «muy fuerte y está muy capacitado para conducir a esta organización y conquistar en poco tiempo nuevas e importantes parcelas de triunfo para el movimiento obrero».

Sobre su renuncia a permanecer en la ejecutiva aseguró que «si en este congreso la organización o el secretario general han estimado que Manuel Garnacho, después de veintiún años de militancia en la base, y cuatro en la dirección, debe volver a ser un militante de base, yo lo acepto, porque tengo una cosa muy clara, que me enseñaron los viejos militantes del exilio y de la clandestinidad, y es que para ser militante de un sindicato, el interés colectivo tiene que primar siempre sobre el interés particular».

Respecto a las supuestas diferencias personales de Garnacho con Zufiaur, desmintió que tuviera problemas personales con este último: «No sé si él los tendrá con Manolo Garnacho. Yo tengo diferencias y reivindico este derecho a opinar dentro de la organización, pero sin criterios personales. Mis diferencias se han centrado en el modelo de organización que quería para UGT, por que está claro que condiciona el modelo de acción o las metas que se quieran conseguir.»

«Siempre he defendido que UGT tenía que mantener unas estructuras que correspondan a un sindicalismo democrático y socialista, porque son las únicas que pueden permitir tanto un equilibrio armónico entre sindicato y federación como el desarrollo de la acción sindical. Este es el modelo que tiene UGT por la voluntad inmensamente mayoritaria de sus afiliados.»

En cuanto a la posibilidad de que ante la nueva estrategia sindical aprobada por el congreso de UGT, en el sentido de hacer de la central un sindicato pluralista y diversificado, en el que se alcance el calificativo de masas, manifiesto que en esta organización la política y la estrategia han sido siempre defendidas única y exclusivamente por los afiliados y siempre ha habido una mayoría de afiliados no pertenecientes a ningún partido político; «por tanto, las relaciones entre UGT y PSOE seguirán siendo autónomas, pero fraternas y respetuosa cada una de la autonomía de la otra».

Por su parte, José María Zufiaur, cuya candidatura para la secretaría de relaciones sindicales estuvo en el aire hasta última hora, siendo su nombre finalmente incluido en la lista votada por el congreso, abandonó éste una vez conocido el resultado de las votaciones, en las que tan sólo obtuvo un 51,05% de los votos emitidos.

Según Zuflaur, en el 32º Congreso de UGT, «todo el sector que no entendió la integración de USO en esta central y que desde entonces llevó una política contraria a nosotros, ha culminado castigando a todas las personas de procedencia USO».

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