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Urgen medidas de seguridad en los circuitos

El veterano piloto suizo Clay Regazzoni puede quedar definitivamente paralítico de cintura para abajo, como consecuencia de las gravísimas lesiones sudridas en su espectacular accidente del pasado domingo en el circuito de Long Beach, mientras disputaba el Gran Premio de Estados Unidos-Oeste. La lesión de Regazzoni pone de manifiesto, una vez más, la precaria seguridad de la mayoría de los circuitos en los que se disputa el mundial, al margen de la enorme peligrosidad intrínseca a este deporte.

El accidente de Clay Regazzoni sobrevino cuando el suizo, lanzado a 280 kilómetros por hora en la zona más rápida del circuito, trató de frenar antes de abordir una cerradísirna curva a su derecha. Al parecer, los frenos de su Ensigu no respondieron, y Regazzoni, que había retrasado la operación de frenarjusto hasta el límite técnico y humano permisible, no pudo ya evitar el fortísimo encontronazo. En el último instante, antes de abordar la pequeña zona de escape situada en ese lugar -que, para esa velocidad, es prácticamente inexistente-, Regazzoni trató de cruzar su coche, con el fin de que esta operación le frenase algo su desesperada carrera hacia lo que podía ser la muerte instantánea. Esta acción de técnica y reflejos le salvó la vida.Las asistencias, que tardaron más de veinte minutos en rescatar entre el retorcido chasis el cuerpo de Regazzoni -que en ningún momento perdió el conocimiento-, apagaron primero un conato de incendio que se produjo en el monoplaza siniestrado.

Recuperado el cuerpo y trasladado con urgencia al hospital, el simpático piloto suizo tuvo que ser operado, durante más de cinco horas, para que los médicos pudieran reducir la fractura en la vértebra número doce de su columna vertebral, las otras múltiples fracturas que tenía en ambas piernas, el hundimiento en la caja torácica y las lesiones en el rostro. Aunque parece que el riesgo por su vida ha quedado, por el momento, descartado, Regazzoni sigue sin poder moverse de cintura para abajo. Esa parte de su cuerpo ha quedado, víctima del accidente, totalmente paralizada, y los médicos no saben si podrá recuperar algún día el movimiento.

Una carrera de éxitos

Regazzoni había comenzado a correr en fórmula 1 en 1970, después de haber obtenido grandes éxitos en fórmula 3 y en fórmula 2, donde llegó a ser campeón de Europa. Durante varios años, hasta 1976, Clay Regazzoni formó parte del equipo Ferrari -él recomendó al Commendatore la entrada en el equipo de un joven austriaco, entonces desconocido, llamado Niki Lauda, que luego fue dos veces campeón del mundo con la escudería italiana-. Paradójicamente despedido después del equipo por las presiones de Lauda, pasó a formar parte de la escudería Ensign, en 1977. Un año después corrió para Sadow, y, en la pasada temporada, lo hizo en el seno de la escudería Willianis, demostrando que, pese a sus cuarenta años de edad, el suizo -apreciado por todos por su simpatía y auténtico sentido deportivo- tenía técnica e ilusión para seguir entre los Mejores. Durante esos diez años de actividad, Regazzoni, el más veterano de todos los componentes del circo, corrió 132 carreras, por lo que sólo Fittipaldi, con 134, supera al suizo en número de pruebas disputadas.

Después de que Regazzoni pueda quedar paralítico para el resto de sus días, parece que la Federación Internacional va a estudiar una serie de medidas que traten de aumentar la seguridad -por lo general muy precaria- en los circuitos. Al enorme riesgo intrínseco de este deporte, se une el hecho de que los constructores de los monoplazas sólo buscan la aerodinárnica y la reducción del peso de sus coches, para hacerlos más y más competitivos, en perjuicio de la seguridad de los pilotos. Pero además, la casi totalidad de los circuitos que componen el calendario del Mundial no están preparados para las altísimas velocidades que alcanzan hoy día estos vehículos, y no sólo en las rectas, sino también en las curvas.

Si la Federación Internacional no toma urgentes y drásticas medidas al respecto, los accidentes de Prost, Surer, De Angelis y Regazzoni, todos ellos con serias consecuencias, más los de varios otros que por fortuna salieron ilesos, cuando sólo se han disputado cuatro carreras del Mundial puede terminar por convertirse en un dramático caos en lo que resta de temporada.

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