Los polivalentes volvieron a vencer en la Copa del Mundo 79-80

La Copa del Mundo 1979-1980 ranalizó con la victoria de los hermanos Wenzel, de Lieclítenstein, que confirmaron así a su pequeño país en el primer lugar del esquí mundial. Su doble victoria ha sido un nuevo ejemplo, calidades aparte, de las ventajas del calendario para los esquiadores polivalentes. Los especialistas, como es el caso del suceo Stenmark en los shdoms, se han visto perjudicados una vez más. El resto se puede resumir en la hegemonía de los veteranos (Mahre, Proell Nadig, etcétera), al no surgir nuevas figuras, y la fuerza que rápidamente han tomado ya los corredores de los países del Este.

No es de extrañar, pues, la victoria final de los Wenzel. Sobre todo, la de ella, Hanni, que es, sin lugar a dudas, la más polivalente de las esquiadoras de la época. Participa en todas las pruebas y queda siempre entre las primeras. Su hermano Andreas, sin embargo, es algo más conservador y corre más «con la cabeza» que con el corazón, con lo cual consigue unos resultados que, si no siempre son brillantes, le dan los puntos necesarios para alzarse con el triunfo final.Por su parte, para el sueco Ingemar Stenmark, cada vez está más claro que muy difícilmente podrá ganar más copas del mundo si no participa en los descensos. A pesar de su dominio absoluto en los sla loms, donde es el rey indiscutible (ha sido el vencedor en las dos especialidades, especial y gigante), los puntos obtenidos no son suficientes. Con que quedara entre los quince primeros en descenso, la Copa del Mundo no se la arrebataría nadie.

Tras el sueco se ha clasificado el norteamericano Phil Mahre, un puesto que tiene gran mérito si se tiene en cuenta que se lesionó a finales de la temporada pasada y comenzó ésta con poca fuerza y falto de forma. Hay que destacar también al austriaco Anton Steiner (quinto de la general), al suizo Peter Muller, que de nuevo ha quedado primero en la especialidad de descenso, y al yugoslavo Bojan Krizaj, el cual se ha situado en el cuarto puesto de la general, y que, con el búlgaro Popangelov, representan el más claro exponente de la ascensión irrefrenable de los países del Este en el esquí alpino. Habrá que seguir muy de cerca su trayectoria la próxima temporada, pues su dominio puede ser mayor, ayudado indirectamente por el hecho de que países como Francia e Italia -invencibles en su época- en la actualidad han quedado relegados al papel de comparsas.

En cuanto a las chicas, hay que destacar a las veteranas Proell, de Austria, y la helvética Nadig, segunda y tercera, respectivamente, de la general, y dejar muy claro que las tres primeras han mantenido un emocionante duelo por la victoria, debido a la gran polivalencia de todas ellas, participando y puntuando bien en las tres disciplinas alpinas. Quizá entre las féminas sea donde se da más puramente el espíritu de polivalencia que se busca en. la Copa del Mundo desde que se cambiaron los calendarios.

Tras estas tres supercampeonas, hay que citar a corredoras tan importantes como Perrine Pelen (Francia), que ha ganado el especial y ha sido segunda en gigante -pero no participó en descensos, como Stenmark-; la alemana Irene Epple, cuarta en gigante; la suiza Erika Hess; Claudia Giordani, de Italia, o Cindy Nelson, de EEUU.

Por países, la victoria final ha correspondido a Austria, cuyo equipo es, en la actualidad, el más poderoso, con grandes corredores y puntuando muy bien todos. Detrás, Suiza -la gran derrotada- y EEUU.