El Valencia volvió a ganar al Barcelona

El Valencia consumó la ejecución del Barcelona, que perdió su último objetivo de la temporada. Pero esta vez el equipo azulgrana dejó una gran imagen, vendió cara su derrota y apuntó importantes me joras. Helenio Herrera presentó un buen planteamiento, pero le falla ron dos hombres importantes: Olmo y Rexach, éste en la segunda parte. El partido fue espectacular, y en algunos momentos de gran calidad.Los primeros momentos ya anunciaron que el partido iba a ser movido; al minuto, Rexach agarró un gran zambombazo, que Manzanedo pudo desviar porque no iba muy colocado, y a la vuelta de esa jugada Kempes recorrió todo el campo con primorosos regates y creó una situación de gol en la otra puerta. Tras esos dos tempranos sobresaltos, los dos equipos se asentaron sobre el terreno. El Barcelona dejaba solos en punta a Simonsen y Carrasco, que recorrían todas las posiciones de la delantera y procuraban así abrir pasillos para la llegada de alguno de los hombres de atrás. Los relevos funcionaban bien, y como además los centrocampistas del Valencia estaban bien sujetos por los del Barcelona, el público valencianista comenzó a temer que se les aguara la fiesta de san José. Sin embargo, el Barcelona tenía un talón de Aquiles: su defensa. A los diez minutos, en el tercer despiste defensivo barcelonista, el Valencia cobraba su primer gol y pareció asegurar la eliminatoria. Pero el Barcelona no dejó que se le secara encima la ventaja del Valencia, y no mucho después obtenía el empate a la salida de una falta. El Valencia cobró respeto por el Barcelona, que tuvo entonces una de sus mejores fases del partido. Pese a los continuos fallos de Olmo en la entrega y a la escasa aportación de Martínez al ataque, conseguía ponerse por delante gracias, todo hay que decirlo, a un monumental fallo de Manzanedo.

Pero esta vez fue el Valencia el que pudo empatar pronto. Olmo devolvió el fallo de Manzanedo y facilitó a Bonhof el empate. A partir de entonces, y hasta el minuto 77, el partido fue un duelo equilibrado entre un Barcelona mejor asentado sobre el campo, aunque con hombres clave a medio rendimiento, y un Valencia excelentemente conducido por Solsona, que poco a poco se fue creciendo hasta hacerse completamente con Canito. El público, mudo, asistía con temor al buen juego del Barcelona, que de no ser por los fallos en la entrega de Olmo, al que se contagió Rexach en la segunda parte, y porque Carrasco, salvo en tres jugadas en el primer tiempo, no pudo con un Carrete que, como Solsona, se fue creciendo durante el partido, hubiera acabado por imponerse.

Aún así, el Barcelona estuvo varias veces cerca de adelantarse. Cuando Helenio Herrera retiró a Martínez para sacar en su lugar a Zuviría, el partido se descompensó aún más. A la salida de un córner, Migueli mandó un cabezazo al travesaño. Esa jugada pudo decidir la eliminatoria, pero a la vuelta de la misma, Saura agarraba un fenomenal disparo que ponía otra vez por delante al Valencia y hacía bajar la guardia al Barcelona. Fue entonces cuando el público y el Valencia se crecieron definitivamente, sonaron las tracas y se vivió el ambiente de fiesta esperado. Pero ya estaba todo decidido. Un par de goles más en los últimos minutos, uno en cada puerta, no hicieron más que contribuir a la espectacularidad del tanteador, y a redondear el gozo de los aficionados. El Barcelona estaba fuera de la Recopa desde el gol de Saura, pero había hecho un gran esfuerzo por permanecer en ella, y quizá su mejor partido de la temporada.

Mientras el Valencia pasa a las semifinales de la Recopa, al Barcelona no le queda otro objetivo que la modesta clasificación para jugar la Copa de la UEFA. Un objetivo difícil. Tras el partido, Helenio Herrera clamaba una vez más por un gran delantero centro. Sin duda, el Barcelona nos dará pronto otra sorpresa.