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El Rayo aprovechó los fallos defensivos del Málaga

El Rayo Vallecano supo aprovechar los fallos del árbitro y del bloque defensivo malaguista para conseguir en La Rosaleda dos valiosísimos positivos a costa, precisamente, de uno de sus más directos rivales en la dura lucha por la permanencia. Los madrileños se encontraron pronto con dos goles y pudieron conseguir un tercero en el minuto 31, en otro fallo defensivo de la cobertura malaguista, con tiro final de Roberto, que el domingo demostró muy buenas condiciones para el juego de contraataque. Paró bien Corral, en su única buena actuación de todo el encuentro.A pesar del 0-2 que señalaba el marcador en el minuto veinticuatro, el partido no podía considerarse perdido por el Málaga, ya que también la defensa rayista concedía facilidades y los ataques locales llevaban peligro una y otra vez ante el marco de Mora. Los diez últimos minutos del primer tiempo fueron de acentuada presión del Málaga. Hubo un tiro al poste de Aido y varias internadas de Juan Carlos que no encontraron rematador, además de dos más que posibles penaltis no señalados

En la segunda parte el dominio correspondió también al Málaga, que presionó mucho sobre un Rayo muy encogido atrás y más atento a perder tiempo que a insístir en eljuego de contraataque que, vista la debilidad de la zaga local, pudo haberle reportado una victoria aún más holgada. Los cambios efectuados por el entrenador del Málaga, un poco a la desesperada, potenciaron la delantera. Orozco creó varias ocasiones de gol y Juan Carlos continuó venciendo casi siempre en su duelo particular con Rocamora. El portero rayista hizo en este período dos buenas paradas a disparos de Santi y Orozco y abusó de la complacencia arbitral perdiendo tiempo en los saques y haciendo una falta en cada córner a Filgueira, que se colocaba junto a él en todos los saques de esquina para ser empujado indefectiblemente cuando el balón sacado de las esquinas por Megido iba por el aire. En el colmo de sus desaciertos, el árbitro llegó a llamar la atención a Mora por sus contínuas faltas sobre Filgueira, olvidando que el reglamento señala con claridad que todo empujón dentro del área es penalti. El señor Fandos, en cambio, demostraba que él sí las veía. Sólo que las castigaba con una simple regañina al infractor.

El partido quedó definitivamente decidido cuando faltaban tres minutos para el final con el tiro directo que transformó Tanco con su habitual dureza de disparo. El tres a uno era un resultado excesivo a favor de un equipo como el Rayo que, si bien hizo méritos -actuación arbitral al margen- para llevarse algo positivo de La Rosaleda, la verdad es que no evidenció demasiada calidad de juego, excepción hecha del buen quehacer de Marian y Roberto y del oportunismo de Morena. Por su parte, el Málaga jugó mal, especialmente por lo que respecta a su defensa y a su portero, que dieron demasiadas facilidades. En la delantera destacó sobre todos Santi, si bien Juan Carlos y Orozco -en los minutos que jugó- se mostraron también muy peligrosos.

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