Un incendio destruye tres naves de los talleres de Renfe
Un incendio de grandes proporciones destruyó en la madrugada de ayer tres naves de los talleres centrales de reparaciones que Renfe tiene en las inmediaciones de la estación Madrid-Atocha. Las instalaciones están situadas en la calle de Méndez Alvaro, 5 y 7, junto a las vías de entrada a la estación. Las naves destruidas albergaban los talleres de carpintería, tapizado y reparación y montaje de coches, con abundante material combustible, lo que ha obligado a los bomberos a emplear las dotaciones de quince coches bomba para sofocar el fuego. Las pérdidas, aunque cuantiosas, no habían sido evaluadas en la tarde de ayer. No ha habido que lamentar víctimas.
El siniestro se declaró poco antes de las dos de la madrugada, y avisados los bomberos por el servicio de guardia, los primeros coches bomba se presentaron minutos después, lo que no impidió que las llamas se propagasen rápidamente. Hora y media más tarde, hacia las 3.30, se logró controlar el incendio, aunque su extinción total no se consiguió hasta bien avanzada la mañana, y los equipos del cuerpo de bomberos no pudieron retirarse totalmente hasta poco antes del mediodía. La rápida intervención de los equipos contra incendios evitó el traslado del fuego a otras instalaciones contiguas, lo que podía haber ocasionado una verdadera catástrofe.En los momentos de producirse el incendio se encontraban en los locales un vagón restaurante, un furgón y otro coche de viajeros de segunda clase. El primero de ellos estaba totalmente terminado, a falta de la revisión de unos cristales, por lo que después de ser llevado a las vías de salida, habla sido devuelto para reparar el defecto mencionado. La destrucción de estos tres coches ya significa en sí la pérdida de varios millones de pesetas. Pero estas cifras representan sólo una parte de lo siniestrado, ya que las llamas arrasaron tres naves con abundante material. El edificio es de construcción antigua, hecho de ladrillo, aunque las instalaciones han sido modernizadas. Sin embargo, continuaban teniendo todavía suelos de madera.
Las temperaturas en los momentos de más fuerza del fuego pudieron alcanzar los 1.500 grados, ya que una vez sofocado el siniestro numerosos hierros se encontraban completamente retorcidos, y en el techo se veían numerosas estalactitas de vidrio fundido, lo que da idea de la altura alcanzada por las llamas. Asimismo la violencia del incendio pudo ser incrementada por la existencia en los talleres de materiales altamente inflamables y botellas de acetileno. Muy cerca de la zona destruida se encuentran unos almacenes de pintura que, de haber sido alcanzados, podrían haber ocasionado una catástrofe incalculable.
En cuanto al origen del incendio se desconoce totalmente, según informaron a EL PAIS fuentes de Renfe a última hora de la tarde de ayer. Parece ser que quien dio aviso a los bomberos de la aparición de las llamas fue uno de los vigilantes nocturnos que patrullan por las instalaciones, aunque tampoco se ha podido precisar. De todas formas, los vigilantes distribuidos por la zona no vieron nada extraño antes de localizarse las llamas. Tampoco se sabe de ninguna persona que haya sido vista durante la noche por las inmediaciones de los talleres siniestrados. Estas informaciones podrían, en un principio, decartar algunas primeras versiones que apuntaban la posibilidad de un atentado. Se habló en los primeros momentos de que el incendio parecía tener unas características especiales, ya que cuando llegaron los bomberos, a la 1.58, el fuego había alcanzado ya dos naves, pero todo hace sospechar que las causas de esta rapidez de propagación se deben al material inflamable que se encontraba en los talleres.
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