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Gente

Alice Roosevelt,

«el otro monumento de Washington», única superviviente de los hijos del que fue presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, falleció ayer, a los 96 años, a consecuencia de una neumonía. Fue conocida en Washington por su humor cáustico y por una capacidad indeleble para usar su iconoclastia contra cualquiera de las personalidades que salieron a su paso.Era feliz cotilleando y narrando sucesos insólitos de sus incontables bestias negras, entre las cuales estuvo un día su primo Franklin Delano Roosevelt, que, como su padre, también fue presidente de Estados Unidos. Su definición de la vida política le alcanzó en el rostro a Jimmy Carter. Cuando éste llegó a la Casa Blanca, Alice (que una vez fue llamada «princesa de Washington» y que murió siendo su «emperatriz») afirmó que a ella le resultaba muy difícil hablar noblemente de los políticos. «Pienso de manera muy innoble acerca de todos ellos.» Sin embargo, alguna vez se sintió feliz siendo la hija de un político con poder, y por eso escribió un día que, cuando su padre era presidente, «el mundo me parecía una ostra de mi propiedad». Luego vio claro y Franklin, su primo, le pareció como «un tercio de sapo y dos tercios de Eleanor», mientras que los Eisenhower no eran para ella otra cosa que «agradables soldados».

No se arredró nunca. El cazador de brujas más famoso de la historia, McCarthy, trató una vez de llamarla Alice. Mirándole fríamente a los ojos, la hija del primer Roosevelt le dijo: «El policía y el barrendero me pueden llamar Alice. Usted no puede. »

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