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El esquí profesional, un espectáculo "made in USA"

Antonio Guerrero

Desde que un entrenador norteamericano abandonó el esquí amateur para crear la World Pro Skiing, con su particularisima forma de competir mediante los espectaculares «slaloms paralelos», la mirada de muchos esquiadores amateurs, dedicados a la Copa del Mundo y Juegos Olímpicos, está puesta en el futuro mundo profesional y sus pingües ganancias. Precisamente, como ya informó EL PAÍS, el español Francisco Fernández Ochoa pasará a este campo tras los juegos de Lake Placid, integrado en el equipo Atomic-Dynamic.

Fue en 1969 cuando Bob Beattie, que había sido entrenador del equipo de Estados Unidos durante los años 1964 a 1968, vio las grandes posibilidades que podía tener un espectáculo con carreras diferentes, que mantuvieran el interés del espectador desde el principio hasta el fin. Contrató a buenos esquiadores conocidos por el público, a los que atrajo con los premios ofrecidos en cada carrera. De este modo se formó la World Pro Skiing, que en la actualidad cuenta con grandes ases del esquí como: Odermatt, Bleiner, Hinterseer, Perrot y Cochran. Por el mundo profesional han pasado corredores que fueron semidioses en el campo amateur, tales como Killy, Duvillard.... etcétera, aunque también hay algunos, como Muxel o Carson, que nacieron a la competición ya como profesionales.Un caso curioso es el del francés Duvillard, el cual ha sido el esquiador con más victorias en el campo profesional, adonde llegó tras ser literalmente echado del equipo galo «por viejo», cuando contaba sólo treinta años de edad. Ganó con gran facilidad las temporadas 1975-1976 (en la cual se repartieron 321.000 dólares -más de veinte millones de pesetas- en premios, de los cuales él se llevó 66.900) -casi cinco- y 1976-1977. En esta última se celebró una de las pruebas en Baqueira Beret, que también ganó el esquiador francés y se embolsó 6.250 dólares (medio millón de pesetas). Este baile de cifras tan elevadas son las que avivan el interés de los grandes campeones por entrar en la competición profesional. Además, en este tipo de competición, los esquiadores forman parte de un equipo o están patrocinados por casas comerciales que, aparte de equiparles totalmente, les pagan sus gastos generales y los viajes.

Ahora, Francisco Fernández Ochoa deberá acostumbrarse a este nuevo mundo de la competición tan diferente al que él conocía. En cada temporada profesional no se celebran más de quince pruebas entre slaloms gigante y especial, y siempre en paralelo -dos esquiadores a la vez, por carriles paralelos- El gigante debe tener un recorrido un 30% más largo que el del especial. En la pista se suelen colocar unos saltos cuya altura oscila entre noventa y 230 centímetros, y suelen ser tres en el gigante y dos en el especial. Para preparar estas pistas han de trazarse los dos recorridos idénticos, separados entre sí unos siete metros. Se balizan los otros con banderas azules para una pista y rojas para la otra.

Cada eliminatoria, entre dos corredores, se corre a dos mangas. Los corredores deben bajar cada vez por una pista, con el fin de tener igualdad de oportunidades. Después se suman los tiempos y se clasifica para la siguiente eliminatoria el que haga el menor. Es como un sistema de copa, por lo que este tipo de carreras resulta agotador. El gran número de descensos y el fuerte ritmo de éstos (se suelenemplear unos veinticinco segundos) obligan a los corredores a tomar oxigeno entre bajada y bajada.

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