Nueva cadena de subidas de los crudos a cargo de los países radicales de la OPEP

Tras las subidas de dos dólares decididas por los países moderados, el llamado grupo radical de la OPEP inició ayer una nueva ola de incrementos en el precio de los crudos que colocará el barril del petróleo de máxima calidad (saharian blend) a un coste oficial de 34,31 dólares, para los casos de Argelia y Nigeria. Libia, que mantiene un precio de referencia de 34,72 dólares, es de suponer que anuncie un ligero incremento para mantener su diferencial en función de la calidad.Los anuncios de subidas de Nigeria y Argelia y otro inferior de Indonesia (hasta 29,50 dólares), son efectivos al día de ayer y, en tal sentido, presumibiemente serán sólo efectivos a los contratos que se firmen, o afecten a entregas, a partir de dicha fecha. Tanto Argelia como Nigeria justificaron sus incrementos en la necesidad de mantener los diferenciales sobre los precios aumentados. la semana pasada por el bloque de países, moderados, es decir, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Arabes y Kuwait. Estos países mantienen precios en un abanico entre 26 y 29.50 dólares.

Toda esta cadena de incrementos decididos tan sólo mes y medio después de concluir sin un acuerdo global la 55ª Conferencia Miniserial de la OPEP, celebrada en Caracas significará un mayor coste en las facturas del petróleo de los países consumidores que dependen en su mavoría de las importaciones de los crudos OPEP. Es de esperar que también el petróleo del mar del Norte experimente aumentos no superiores al 10% (hasta unos treinta dólares-barril) siguiendo la política británica de equiparar precios.

Para España, estas nuevas subidas repercutirán directamente en su factura petrolífera para el año 1980. En este sentido, es inevitable que el precio medio por cada barril importado pase de 27,50 dólares a unos treinta dólares para lo que queda de la primera mitad del año. En total, la factura petrolífera española rondará más los 13.000 millones de dólares que los 11.000 previamente estimados por el Gobierno.

Para España serán especialmente dañinas las subidas que han decidido Arabia Saudí (de veinticuatro a veintiséis dólares), Irán, Argelia y, de producirse, la Libia. Arabia Saudí es el principal suministrador de crudos de España, y este año se han firmado contratos para incrementar en 50.000 barriles diarios adicionales las entregas procedentes de este país. Además, el cálculo que se realizaba del coste del crudo saudí era de unos veintiún dólares, cuando ha pasado ahora a veintiséis dólares.

En el caso de Libia, Petroliber anunció ayer que ha firmado un acuerdo con el Estado libio para la compra de un millón de toneladas de crudo durante este año. Aunque originalmente la cuota de Petroliber se estimaba en la mitad, la firma de este contrato, más otras 300.000 toneladas adicionales que espera obtener de Gabón, completan la capacidad refinadora de Petroliber, empresa a la que, según el programa de combustibles nacional, le corresponde el 9,1% del total del crudo a procesar en refinerías españolas.

Aparte de Arabia Saudí, Argelia y Nigeria (este país suministra tan sólo una pequeña cantidad de crudo -500.000 toneladas- a Hispanoil), las subidas decididas por Venezuela (veintiocho dólares), la también anunciada por Irán (hasta 31 dólares), y las esperadas de México y las también efectivas de los países del golfo, modificarán presumiblemente las previsiones más optimistas realizadas por el Gobierno, y obligarán a ciertos reajustes en las mismas.

En cualquier caso, las subidas institucionales decididas por los principales suministradores está teniendo un efecto favorable en los mercados spot, donde la contratación libre de crudos está experimentando un fuerte descenso en los precios como consecuencia de la acumulación de stocks y del incremento de la contratación Estado-Estado.

Según fuentes del mercado libre de Rotterdam, los precios del petróleo experimentaron un fuerte descenso la semana pasada, hasta el extremo de alcanzar treinta dólares por barril en algunas transaciones. Este precio es más bajo que el que se está pagando en muchos contratos a largo plazo en estos momentos y denota la fuerte contracción que experimenta desde hace un mes el mercado de los crudos.