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La bicicleta se confirma como alternativa válida al transporte urbano

La reciente reunión celebrada en el Ayuntamiento de Madrid entre autoridades municipales y deportivas ha vuelto a confirmar que aún se pueden tener esperanzas, en la capital, de utilizar la bicicleta como alternativa al caótico transporte urbano. Por un lado, circuitos cerrados proporcionarán, inicialmente, la necesaria seguridad a los usuarios; por otro, la presencia en el mercado de un tipo de bici con los desarrollos adecuados a las condiciones orográficas, reducirá al máximo posible las limitaciones de un vehículo considerado mundialmente como una de las soluciones más válidas para el futuro circulatorio.

En el mundo occidental es un hecho comprobado que el automóvil consume cerca de la mitad de la energía utilizada en total. El gasto por transporte inútil, por falsa comodidad, es ya un lujo que ni siquiera se puede pagar, porque escasea. No sólo defensores del medio ambiente, sino médicos, científicos y políticos, han declarado multitud de veces que la bicicleta debe ser una magnífica solución en el transporte de muchas personas, por lo que supone de ahorro de energía y de beneficio para la salud., directo -fisiológico- e indirecto -anticontaminante- Incluso con contaminación no es peligroso su uso, pues lo importante para el ciclista es no padecer dolencias cardíacas o broncopulmonares. Máscaras demagógicas al margen, un ciudadano en bicicleta se contamina lo mismo que un peatón, y en cualquier caso siempre es mejor el ejercicio que el sedentarismo.Organizaciones multitudinarias como las Fiestas de la Bicicleta han resultado válidas como llamada, pero no prácticas para la vida diaria. Tampoco lo hubiese sido insistir directamente en los carriles-bici por su complejidad actual, aunque Ramón Tamames, primer teniente de alcalde, esté muy interesado en que se construya uno por la Castellana, donde existe sitio suficienteal margen del carril-bus. Lo coherente, ante el evidente peligro que supone la circulación rodada en Madrid -ejemplo siempre extensible a cualquier otra ciudad española- era empezar por acotar zonas en las que el usuario no sólo encontrase seguridad, sino «rodaje» para futuros pasos.

Club modelo

El Club Deportivo Arquitectura, uno de los modelos con que puede presumir el deporte español sin merecerlo, porque ha sido autodidacta y autogestionario, ha realizado un estudio completísimo sobre el tema de los circuitos, que demuestra la viabilidad de los mismos. Respecto al primero, pensado en la Ciudad Universitaria, por zonas entrañables que recorría aquel tranvía «milagroso» bamboleado por los estudiantes al cruzar el puente del Arco de Triunfo, resulta obvio augurarle un éxito. Estacionamientos para combinar con otros medios de transporte municipales, como Metro o autobuses podrían incluso servir para los que viniesen de zonas más alejadas de la capital. En todo caso, la conciencia ciudadana en cuanto a prevenir y evitar la picaresca de robos sería también fundamental.Otros circuitos previstos, como los del Retiro y la Casa de Campo resulta absurdo que no se hayan puesto ya en marcha, por su simplicidad y ubicación. Si no se ha llegado aún a ello, ha sido por el nulo interés que se ha tenido en el tema de la bicicleta hasta que las crisis energética o del ejercicio han obligado a fijarse en ella. El cieloturismo, dificilísimo de practicar en España por la falta de carriles en carretera -pocos arcenes son apropiados y siempre con peligro-, acaba de ser reglamentado incluso por la Federación Internacional de Ciclismo.

Para Madrid, aunque todo el proceso de introducción de la bicicleta pasa por una larga experiencia de mentalización, se ha pensado ya en un tipo especial con desarrollos suficientemente pequeños que permitan la superación fácil de cuestas razonables. La capital tiene dificultades orográficas grandes, pero cada persona pondrá sus limitaciones, pues no se trata de ir «contra natura», sino de aprovechar lo mejor posible lo que por comodidad, ignorancia o desidia se desprecia normalmente. Dentro de la ignorancia se encuentra en puesto destacado el absurdo consumismo de las bicicletas plegables, sucedáneo comercial que engaña, cansa y aburre sucesivamente al usuario. En cualquier país donde la lógica «fiebre» de la bicicleta ha calado ya hondo se puede comprobar que esto, como los pasos de circuitos y carriles, ya se encuentran muy superados. Ejemplos como Holanda, en Europa, o Estados Unidos, en América, señalan el nuevo camino, y copiar lo bueno siempre es positivo.

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