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Tete Montoliú: "Para hacer 'jazz" da lo mismo ser blanco, negro o chino"

Para Tete Montoliú, uno de los músicos españoles más conocidos en el mundo, da lo mismo ser negro que blanco o chino para tocar un buen jazz. Montoliú, que es estrella codiciada en los clubes de jazz de mayor raigambre dentro y fuera de Europa, ha actuado estos días en Madrid y ha vuelto a mostrarse como ese ser relajado, irónico y exigente que ha logrado la admiración de quienes le han visto interpretar.

Hay quienes afirman que el trato con Tete Montoliú no es fácil. Tal vez ocurra que a lo largo de sus casi treinta años en el jazz este hombre haya visto, desde su ceguera, demasiado snobismo, demasiada ignorancia y demasiado desinterés por lo que ha sido una de las carreras más brillantes del jazz europeo y, sin duda, la más importante realizada por un español.Nada de esto ocurrió el último fin de semana en los conciertos que ofreció en Madrid, junto a Manuel Elías (bajo) y Aldo Caviglia (batería). El público, mayoritariamente universitario del Colegio Mayor San Juan Evangelista, no sabía probablemente en qué preciso estilo estaba practicando Tete, tal vez ni siquiera conocía los títulos de los temas que tocó. Lo que sí es cierto es que esa gente estaba encantada, como encantado estaba el mismo Tete, que sonreía, que animaba al personal a que diera palmas, que miraba sin ver a sus compañeros, tan relajados como él mismo.

«Es un público magnífico. Yo he tocado aquí cuatro o cinco veces, y siempre es igual. Son jóvenes: si les gusta la música, lo manifiestan; si no, también. Cuando me dijeron si quería venir, no lo dudé un momento.» Teniendo en cuenta que Tete acaba de grabar un disco en el Palau de la Música y es un habitual del mítico Ronnie Scott's, de Londres, esta disponibilidad no deja de agradecerse.

Hace años, Tete Montoliú afirmaba que le hubiera gustado ser negro: «Hombre, ser negro es una ventaja, porque los blancos se creen que todo lo que haces en jazz está bien. Lo cierto es que para tocar jazz da lo mismo ser negro que blanco o chino, todo el mundo puede hacerlo, y bien. Ahora, crear nuevos estilos, esto es una cosa que siempre ha salido de los negros, de los negros americanos mas en concreto. Por eso mismo creo que no existe el jazz europeo. Hay europeos que han estudiado mucho, que se han dedicado mucho y que hacen muy buenjazz, eso es todo.»

Parece además que para ser comercial en jazz, no sólo hace falta ser negro, sino también no ser español. «Mira, ocurre que mucha gente se queja de que no puede hacer jazz en España, de que en Escandinavia, por ejemplo, todo es más fácil. Lo cierto es que a esto hay que dedicarse por entero, no puede uno intentar hacer jazz en ratos libres. Quien piense esto, no sería nada aquí, pero tampoco lo sería fuera de España, seguro.»

Hay más. A lo largo de los setenta, se oscurecieron una serie de nombres históricos dentro del jazz, que como Jimmy Rowles, Dexter Gordon, Johnny Griffin o el mismo Tete se encontraban fuera de las nuevas corrientes. Sin embargo, desde hace un par de años, estos mismos nombres vuelven a ser escuchados, acaparando los primeros puestos en revistas tan significativas como Down Beat. ¿Porqué? «Todos esos nombres se han revalorizado porque tras una época de búsqueda, en la cual unas veces se encontraron cosas y otras no, los americanos vuelven a acordarse de lo bueno antiguo, de gente que hace una música muy bella y que por eso mismo sigue siendo de actualidad. Ahora mismo hay jóvenes haciendo un jazz muy normal (nada de free o electrónica), un jazz que hace pocos años estaba o parecía totalmente pasado de moda.»

El instrumento de Tete Montoliú es el piano, ¿cómo se enfrenta con ese instrumento?

«Yo, en realidad, nunca he aprendido demasiado de los pianistas. A mí el piano me resulta un instrumento tremendo, enorme, que puede con el músico. Por ello soy pianista sólo con la mano izquierda (ritmo, armonía...), pero para la derecha (la melodía) me he fijado más en saxos como Coltrane o Parker.»

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