El Betis superó en todo al Rayo

En un partido claro y diáfano, debido a la gran superioridad del Betis, éste se impuso a un Rayo casi nefasto que defendió mal, no creó juego en el centro del campo y dejó en un oasis a Morena a la hora de atacar. Los únicos brotes de cal¡dad que se vieron corrieron a cargo del conjunto andaluz, y estuvieron casi siempre protagonizados por Morán, el mejor jugador sobre el campo. El dominio del Betis fue a veces abrumador, pero le faltó habilidad y fortuna a la hora de rematar únicos factores que le impidieron vencer por goleada.Sin complicaciones de ningún tipo, sin prisas pero sin pausas, el Betis se hizo con el mando del partido sin discusión y durante la gran mayoría del tiempo fue el único equipo que existió en el campo. A partir de una defensa que no tuvo otro trabajo que vigilar a Morena -misión que recayó casi siempre en Biosca-, con Peruena atento, su centro del campo fue dueño y señor del terreno de juego, y así proporcionó balones una y otra vez al ataque, principalmente por el lado de Morán, que creó auténtico peligro. El extremo trajo de cabeza a la defensa rayista y se puede decir que. más que jugar contra ellosjugó con ellos.

Una vez que Morán se infiltraba con tremenda habilidad y destreza en el área local se incorporaba López al ataque, pero hubo veces que el Betis llevó hasta cinco atacantes al área del Rayo. Hay que insistir en la enorme superioridad de Morán con el balón en los pies, que dejó en evidencia la total impotencia de la defensa para sujetarlo. Y a esto no era fácil encontrarle soluciones, ya que no había ni en el campo ni en el banquillo alguien capaz de hacerle un buen marcaje.

El Rayo hizo aguas por todas partes. Ya está señalada la floja defensa, de cuyo despiste se aprovechó el propio Morán para hacer el gol. Nunca existió un verdadero centro del campo, con Marian y Mariano casi inexistentes. Tan sólo Robles hizo a veces algún intento de hacerse con el balón y subirlo, pero nada más. Salazar no tuvo su día, y menos aún Alvaríto, que desaprovechó casi todos los balones que le llegaron. Con este panorama se veía a un Morena solo y desolado, porque pasaban minutos y minutos sin que le llegara un balón. El único que le pusieron a su alcance lo aprovechó al máximo y, en magistraljugada individual, con magnífico disparo, a punto estuvo de marcar. Pero eso fue todo.

Resulta absurdo tener un crack de la categoría de Morena y no haberse cuidado de poner a alguien que, al menos, le haga llegar balones. De no ser así, igual da que el que espere en el área sea Morena que un vulgar delantero centro. El uruguayo está totalmente desaprovechado y nada de particular tieneque se encuentre entre decepcionado, aburrido y desesperado, porque está completamente solo y, además, sin nadie que le alimente de balones.

Con estas claras perspectivas, sólo un equipo podía ganar: el Betis. La justicia llegó de la mano de un gol, curiosamente en una jugada sin ningún peligro aparente, cuando antes y después el conjunto andaluz las hizo en cantidad y en mucha más calidad. El peligro llegó sobre todo con las internadas de Morán hasta el mismo palo, para allí retrasar a la antigua usanza el balón.