Killanin: la decisión americana, apresurada

El presidente del Comité Olímpico Internacional, lord Killanin, calificó ayer de «apresurada» la decisión americana de boicotear los Juegos Olímpicos de Moscú, y añadió que, «si se consuma este boicot, las consecuencias pueden ser desastrosas para el deporte ».Al mismo tiempo, Killanin reiteró su anterior negativa a considerar una ubicación de los juegos distinta de la capital soviética. «No hay cuestión», dijo.

El funcionario internacional, de nacionalidad irlandesa, puso de manifiesto que los Juegos fueron asignados a Moscú en 1974, «y a menos que los rusos rompan este acuerdo, cosa que no se ha producido, no se puede ni considerar un cambio de lugar».

Lord Killanin puso de manifiesto que él ni el Comité Olímpico Internacional excusan «la acción política llevada a cabo por el país anfitrión (la invasión soviética de Afganistán), pero, si empezamos a hacer juicios políticos, terminaremos con los Juegos Olímpicos y con cualquier otra clase de acontecimiento de portivo similar».

Killanin manifestó que había pedido a la comisión olímpica americana un informe sobre la petición de Carter, informe que será discutido por el Comité Olímpico Internacional en los próximos Juegos de Invierno en Lake Placid, y añadió que todo parecía indicar que tanto Carter como Margaret Thatcher no habían consultado a las autoridades olímpicas de sus respectivos países en torno al tema.

Preguntado sobre si la celebración de los Juegos en Moscú no supondría un golpe de efecto propagandístico, para el régimen soviético, lord Killanin dijo que «hasta este momento los rusos han observado el espíritu y la letra de los acuerdos, que impiden el despliegue de propaganda política o comercial en los estadios. Naturalmente, lo que ocurra fuera de éstos es algo que el Comité Olímpico Internacional no puede controlar», dijo.

Killanin hizo constar en la entrevista que siempre se ha mostrado partidario de la supresión de las banderas e himnos nacionales en los Juegos, «ya que la competición se realiza entre individuos y no entre países», pero añadió que nunca había conseguido salirse con la suya ante la oposición de los comités nacionales.

En Gran Bretaña existe una divergencia total de puntos de vista entre el Gobierno, partidario de un cambio de lugar para los próximos olímpicos, y la Asociación Olímpica Británica y sus afiliados, que desean concurrir a Moscú.