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Gente

James Krupka,

un socorrista de Miami Beach, había recorrido las decenas de kilómetros de la maratón popular Orange Bowl en un buen tiempo de dos horas y diecinueve minutos cuando, a sólo un metro de la meta, cayó desfallecido. Con la consciencia apenas recuperada, no quiso que todo el esfuerzo anterior fuera en vano y se arrastró por el suelo hasta recorrer, en un penoso esfuerzo, el último metro, el metro más largo de su vida probablemente. Al final, el tozudo James Krupka consiguió colocarse en el puesto 207 de un total de más de 2.000 participantes.

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